Algunas mentiras
Terminó el debate del estado de la Nación. Cuando no se esconde detrás del plasma, Rajoy demuestra, una vez más, quién es, de dónde viene y a dónde va. Nunca se sabrá si el tono displicente que empleó con Pedro Sánchez es la consecuencia de su manera de ser o es la concesión a lo que él cree que puede satisfacer los peores instintos de su electorado; como no me creo lo segundo -conozco gente de derechas que no aprueba ese tono-, pienso que sus maneras son el reflejo de su personalidad. “No vuelva por aquí”, le dijo al líder socialista, demostrando una vez más que la democracia y la dictadura son para Rajoy dos caras de la misma moneda, lo que explica que, desde el principio, el presidente decidiera sumarse al grupo que encabezaba su admirado Fraga cuando empezaron a transitar por los caminos de la democracia en forma de los Siete Magníficos.
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