enero 2016

Patriotas de partido

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (c), durante la rueda de prensa que ha ofrecido en el Congreso de los Diputados tras su reunión con el Rey. (Sergio Barrenechea - EFE)
Decía Ramón Rubial: «Hay que ser patriota de este partido si contribuye a resolver los problemas de España. De no ser así, ¿de qué sirve ser patriota»?

Si quien fue nuestro querido, respetado y admirado presidente estuviera vivo, respondería él mismo a su pregunta: «Para no dejarse humillar por quienes no aspiran a ganar al PSOE en una noble competición, sino que pretenden apartarlo del camino que tanto esfuerzo, sacrificio, sangre y vidas costaron.

Mi voto al PSOE es incompatible con el préstamo de senadores a ERC y DiL

Escribo estas líneas desde lo que históricamente fue la España de la marginación, de la falta de oportunidades y de la sangría de la emigración. Muchos no estamos dispuestos a que, una vez más, el silencio nos haga cómplices de procesos que marginen a nuestros territorios. Me atengo, pues, a una estricta lealtad al proyecto político encarnado en la Constitución de 1978, y reivindico mi derecho, y el de millones de ciudadanos, a no ser considerados sospechosos de nada por el simple hecho de defender, junto con quienes compartan esta visión positiva, el texto constitucional y lo que está significando para España.

Ahora, todo está claro

El Parlamento catalán eligió a un presidente golpista el pasado 10 de enero. Su elección es la consecuencia de lo establecido en la Constitución española y en el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Por mucho que la CUP pretenda justificar su voto argumentando que ellos no han votado por un presidente autonómico, sino por un presidente de la República provisional catalana, las palabras de la presidenta del Parlamento catalán al proclamar presidente al Sr. Puigdemont diciendo que “mañana se dará cuenta de esa elección al Rey Felipe VI”, revelan claramente que lo que se eligió fue un presidente autonómico y no otra cosa. En consecuencia, hay algo que el presidente y su gobierno no pueden dejar de hacer, que es cumplir y hacer cumplir las leyes, que es una de las exigencias para gobernar en un Estado de Derecho.

HOY YA SE PUEDE EMPEZAR

Hasta ahora el subterfugio imperaba en la política catalana. Se acabó. Tras la elección del nuevo presidente catalán las cosas ya están meridianamente claras. Puigdemont declaró  que seguirá el proyecto soberanista y señaló que ello implica avanzar en la “construcción de estructuras de Estado” como la creación de una “Hacienda propia”. El presidente de la Generalitat señaló que el objetivo es poner en marcha cuanto antes una “ley de proceso constituyente” que fije los pasos a seguir para proclamar la independencia en el plazo de 18 meses. Puigdemont señaló que está abierto a la negociación con el “Estado español, la Unión Europea y la comunidad internacional”, aunque también avisó de que el proyecto soberanista es irreversible.

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