febrero 2016

Comprometerse o involucrarse

Sánchez y Rivera. (EFE)
Fui uno de los que participaron en la comida que se organizó en Madrid, el pasado 28 de enero, por un nutrido grupo de socialistas. Algunos miraron con cierto respeto a los que allí nos reunimos, mientras que otros trataron de zaherirnos con el apelativo de viejos caducos. No merece la pena defenderse; ni siquiera mostrar la hoja de servicios prestados a España y al PSOE, porque eso sí sería considerado como muestra de vejez, al mismo tiempo que haría palidecer a algunos de los que pretenden faltarnos al respeto. Como mucho, los que estuvimos allí somos un espejo en el que algunos no quieren mirarse porque su imagen les resulta fea. Haber perdido siempre y mirarse en el espejo de alguien que siempre ganó no es un ejercicio recomendable.

EMPEZAR A TITULAR DE ACUERDO CON LA REALIDAD

«Un hombre ha matado presuntamente a su expareja este lunes en un bar de Zaragoza». Así titulaba un periódico la noticia de la última violencia machista de la que se tiene conocimiento. Creo que sería más verdad y más real titular de esta otra manera: » UN PRESUNTO HOMBRE HA MATADO A SU EXPAREJA ESTE LUNES EN UN BAR DE ZARAGOZA».

¡Que hablen los mudos!

Foto: EFE
En las páginas 68 y ss. del documento que Podemos envió al PSOE para su debate y aprobación, y que lleva por título UN PAÍS PARA LA GENTE. Bases políticas para un Gobierno estable y con garantías, puede leerse lo siguiente: «El Gobierno del cambio debe empezar por el reconocimiento previo y especifico de las diversas realidades nacionales, para poder abordar después el modelo territorial». «Se debe entender España como país de países». «La Constitución vigente solo reconoce a una nación – la española- y mantiene en una posición subalterna a otras naciones que conviven en el Estado». Para ese menester, los redactores del documento piden la «modificación del artículo 2 de la Constitución española, para que se comprometa a reconocer y respetar la realidad plurinacional y de comunidades políticas que conforman España».

Los tapabaches

En el momento en que estoy escribiendo este comentario, diversas formaciones políticas se encuentran en pleno proceso de negociación para la investidura de Pedro Sánchez como futuro presidente del Gobierno de España, tras la negativa de Mariano Rajoy para tal eventualidad. Y no me extraña la renuncia de Rajoy porque sólo quienes se han sometido a una investidura parlamentaria saben lo duro y desagradable que supone tal hazaña. Y no digo nada si el candidato sabe desde que sube a la tribuna que la votación está perdida. No hablo de oídas porque, aunque a un nivel inferior, fueron seis las veces que tuve que vivir esa experiencia.

AFRENTAS

Si Rajoy es el único legitimado para formar gobierno porque el PP fue el partido más votado el 20D, ¿quiere ello decir que el Rey Felipe VI, al nombrar a Pedro Sánchez como candidato a la investidura, ha actuado ilegítimamente?

Si el ministro del Interior, Fernández Díaz, afirma que los etarras están deseando un pacto de PSOE con Podemos para que sus presos salgan de las cárceles, es porque piensa que los votantes de ambos partidos son insensibles al terrorismo etarra y a los asesinatos por ellos cometidos. ¿No le parece al ministro que lo que dice es una afrenta a tantos españoles que han llorado y sufrido la muerte de tantos compatriotas a manos de ETA?

Si el ministro de Asuntos Exteriores, García Margallo, dice que si PSOE y Podemos acuerdan un pacto de gobierno, que España saldrá de la coalición contra el terrorismo internacional, es porque cree que los votantes de ambos partidos no ven con malos ojos a esos terroristas asesinos. ¿Por qué cree el ministro que él sí es partidario de luchar contra el terrorismo fanático y los que no son como él desean que ganen la batalla esa clase de criminales?

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