marzo 2017

Primero el carro después los bueyes

Patxi López. Foto: EFE

En una mañana del pasado mes de febrero, escuché la entrevista que la periodista Pepa Bueno hizo en la Cadena SER al candidato a la secretaría general del PSOE, Patxi López. Aún no he salido de mi asombro. Quienes me conocen o han leído los artículos que sobre el modelo de partido he publicado en algunos medios de comunicación saben que soy enemigo racional del sistema de primarias para la elección de cargos orgánicos e institucionales. La respuesta a la pregunta sobre su proyecto político fue: «El proyecto político de Patxi López se basa en….» Y siguió argumentando al respecto. Por si me quedaba alguna duda, esa respuesta vino a confirmar mi oposición al método de elección que la moda francesa ha impuesto en el socialismo español.

Gracias Merkel

Debemos ser de los pocos países que se pasa la vida profundizando en la democracia sin que hayamos ahondado ni media pulgada en semejante empeño

Gracias Merkel
Según noticias de prensa, Podemos y C’s se reunieron el viernes, 10 de marzo, en el Congreso, para negociar una propuesta común que limite los mandatos presidenciales. Al parecer, Rajoy se resiste, con razón. Además, Iglesias y Rivera quieren extender la medida a presidentes autonómicos y alcaldes.

De cuando en cuando, el manual del perfecto demócrata español -vale decir del perfecto copión español- nos ilustra sobre la necesidad de profundizar en la democracia, confundiendo el verbo profundizar con el verbo mejorar o perfeccionar. Debemos ser de los pocos países que se pasa la vida profundizando en la democracia sin que, por el momento, hayamos ahondado ni media pulgada en semejante empeño. Para el lenguaje político al uso de hoy, profundizar la democracia vale lo mismo para un roto que para un descosido.

Los hombres que hablaban de las mujeres

Los hombres que hablaban de las mujeres. Foto: Istock
Escribo estas líneas en la mañana del día 8 de marzo, cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Machismo, homofobia y racismo sigue presente en la vida de los hombres españoles. Traten de escuchar a los postres de cualquier comida de hombres los chistes que cuentan los más capacitados para escenificar esas historietas que tanta gracia provocan. Nadie ha oído nunca contar un chiste que empiece “saben ese del blanco que…” o “iba un heterosexual por…”. Muchos se cuentan sobre homosexuales o sobre negros.

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