julio 2018

¿Pactos subterráneos?

¿Pactos subterráneos? / rosell
¿Pactos subterráneos? / rosell

Decía el presidente del PSOE, Ramón Rubial: «Hay que ser patriota de este partido si contribuye a resolver los problemas de España. ¿De no ser así, de qué sirve ser patriota?».

El PSOE, que siempre ha entendido el independentismo y el nacionalismo sectario y reaccionario como un pensamiento de derechas, jamás podrá compartir proyecto político con el independentismo. Nunca hemos podido entender a España como un Estado plurinacional. Y quienes lo propugnan nunca han tenido el valor de cuantificar el número de naciones de ese supuesto Estado. Los nacionalistas e independentistas apuntan a Cataluña, al País Vasco, a Galicia y a Canarias, pero el mismo derecho a considerarse nación lo tendrían Andalucía, Valencia y el resto de las comunidades autónomas que, como tales naciones, reclamarían el reconocimiento del derecho a la autodeterminación para convertirse en un Estado, lo que conduciría al absurdo del ¡Viva Cartagena!

La miel o la hiel

Quienes ya peinamos canas sabemos de algunas cosas más por viejos que por diablos. Nosotros también fuimos jóvenes y, como tales, deseosos de encontrar la piedra filosofal que convirtiera en oro todo lo que tocáramos. Nos llegamos a convencer de que «la letra con sangre entra» era uno de esos eslóganes que ponían en circulación nuestros predecesores cuando no habían descubierto metodologías que sustituyeran el castigo por la estimulación. «Se consigue más con miel que con hiel» fue una máximas que aplicamos cuando creímos que a una dictadura feroz, que utilizó durante cuarenta años la sangre, la hiel y el vinagre, debería sustituirla una democracia que se sirviera de la palabra y la miel para vencer a los que desconfiaban del proceso que iniciamos a la muerte del dictador.

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