Cinco días y cinco noches

Hemos estado cinco días sin gobierno y cuatro meses sin Presupuestos Generales del Estado. El presidente cuando anuló su agenda no responsabilizó, que se sepa, a la vicepresidenta primera de la dirección del Ejecutivo. El gobierno ha estado 5 días al albur.

Pedro Sánchez realiza su anuncio en La Moncloa

No es bueno que la ciudadanía perciba que el país sigue funcionando sin Presupuestos y sin dirección. Tal y como están las cosas, resulta preocupante que los enemigos de la democracia vean ratificada su teoría sobre la inutilidad de las instituciones surgidas de la voluntad ciudadana.

Y para abundar en el riesgo, independientemente de la opinión que cada cual tenga sobre la carta que redactó y firmo el Presidente del Gobierno, el lugar elegido para darla a conocer fue la red social X. No parece razonable que se esté atacando a esas redes sociales por albergar porquerías y basura y simultáneamente depositar en ese estercolero un anuncio de esa envergadura. Gracias a los medios de prensa tradicionales muchos ciudadanos pudimos conocer el contenido de la carta que no leímos en X por la sencilla razón de que estamos fuera de ese ámbito.

“¿Merece la pena todo esto?” Se preguntó Sánchez en su misiva en las redes sociales. Y ¿qué es todo esto? Fundamentalmente, el sufrimiento de la persona de la que está profundamente enamorado, su mujer, Begoña. Pensé que Sánchez se cerraba a cualquier otra salida que no fuera la dimisión. Me parecía difícil poder explicar que mereciera la pena aguantar los “infundios” sobre su mujer con tal de seguir en la presidencia del gobierno.

Nadie sabe qué hubiera hecho cada uno de nosotros en esas circunstancias. Y como no lo sabemos, resulta difícil juzgar la salida que ha adoptado el presidente. Sí sabemos ya que otro presidente socialista, Felipe González, fue acosado por el llamado “sindicato del crimen” y calificado como el jefe de la banda que mató a unas decenas de terroristas. A esa gravísima difamación, únase lo que se dijo y calumnió de su cuñado.

Sigo pensando que la decisión inicial de Sánchez unida a la solución final no ha podido ser algo unipersonal. El grupo central del PSOE ha debido participar en ambas decisiones como es lógico y natural. Lo contrario pondría de manifiesto la inutilidad del partido socialista, su debilidad y su inoperancia. Eso no se compadecería para nada con un partido en el que iban a decidir las bases. Valoro demasiado a mi partido como para aceptar que ni siquiera sus dirigentes estuvieran al tanto de la estrategia seguida en estos últimos días.

Si el Presidente del Gobierno está decidido a liderar un proceso que elimine el barro y la suciedad de la política, deberá empezar por imponer la limpieza absoluta en su partido y por exigirla en las demás fuerzas, fundamentalmente en el PP. La limpieza en política no es algo que se pueda conseguir con el Código Penal. Bastaría con la expulsión de sus filas de quienes acusen y difamen sin fundamento para que las aguas vuelvan al cauce del que no deberían haber salido. Son los partidos -y no los jueces o la prensa- los encargados de abortar el insulto y a los aplaudidores de la calumnia y la difamación.

A la prensa solo se le puede exigir que las noticias que publique sean verdaderas. Las opiniones son libres. Las noticias, verdaderas o falsas. No estaría mal que aprendiéramos algo de la política y de los políticos del Parlamento y de la Comisión Europea. Allí no se conocen los escándalos que se ven por estos lares. Mi impresión es porque allí no existen tertulianos que anden día sí y día también hurgando en la bronca y en la polémica divisionaria. En fin, soy de una generación que consiguió cambiar una dictadura a una democracia. Mi generación tiene, por tanto, autoridad para exigir a nuestros hijos y nietos que se paren y reflexionen. El país se les está yendo de las manos. La división entre españoles cada día es más patente y peligrosa. Cambien su manera de hacer política y utilicen la política para resolver pacífica y democráticamente los conflictos que existen en la sociedad. Y si no saben cómo hacerlo, apártense o dejen paso a quienes sepan restañar heridas y dialogar y convivir pacientemente.

4 comentarios en “Cinco días y cinco noches”

  1. Me parece un buen artículo, basado en la sensatez y viniendo de alguien que tuvo responsabilidades. Los de su generación coincidimos en sus apreciaciones sobre la actual manera de hacer política de determinados dirigentes.

  2. Gaspar Sierra Fernández

    Gracias Juan Carlos por tu aportación. Es oportuna y necesaria y nos dice que el partido socialista no está secuestrado totalmente pero si en un situación preocupante
    .

  3. Carlos Balbás Arenaza

    No puedo estar más de acuerdo con el artículo , los que hemos vivido la transición y constatado el nivel y la generosidad de los políticos de aquellos días , echamos de menos ese nivel intelectual, ese compromiso con la democracia . Muy acertado el gran político autor de éste artículo.

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