Con ellos, pero no como ellos

Charles-Louis de Secondat, Barón de Montesquieu, fue considerado uno de los ideólogos fundamentales de la Ilustración. Su pensamiento se enmarca dentro del espíritu crítico de la Ilustración francesa, sobresaliendo rasgos como la tolerancia religiosa, la aspiración de libertad y su concepto de la felicidad en el sentido cívico. Sin embargo patina cuando se refiere al mundo que se encuadra fuera de la cultura europea: “Es imposible que Dios haya puesto un alma en el cuerpo de un negro. Es imposible que esa gente sea humana.” (Montesquieu. El Espíritu de las Leyes).

Un defensor de les derechos humanos, pero solamente para los blancos. Para el filósofo francés, el resto de los seres humanos, o son salvajes o primitivos o infantiles. Hoy, siglo XXI, Montesquieu se sentiría avergonzado de lo que dijo en el siglo XVIII. O, tal vez no, y se hubiera convertido en el ideólogo de partidos como el de la alcaldesa de Ripoll, señora Orriols, o el de Núñez Feijóo, líder del Partido Popular. Examinen estas dos frases pronunciadas por ambos en la campaña electoral catalana y adivinen a cuál de los dos corresponde cada una de ellas: “Nuestros abuelos no pueden ir solos al cajero, nuestras hijas han de salir con espráis antiviolación en el bolsillo y nos matan para robarnos un reloj, un móvil o un patinete”. Y esta es la segunda: “Pido el voto de quienes no aceptan que la inmigración ilegal se deje en nuestras casas, ocupando nuestros domicilios y nosotros no podamos entrar en nuestras propiedades.”

Algunos otros ya hace tiempo que vienen anunciando la negritud para Europa. “A este paso esto se nos va a llenar de negros” dicen los que olvidan el pasado repleto de mezclas de razas y de conquistas. Si nos situamos en los siglos XVI, XVII y XVIII, me imagino a los esquimales, ojibwa, sioux, cheroquis, navajos, apaches, mexicas, mayas, wayuus, kariñas, quechuas, guaraníes, mapaches, etc., comentando entre ellos: “A este paso, esto se nos va a llenar de blancos españoles, franceses, italianos, alemanes, holandeses, ingleses, irlandeses, y nuestras hijas van a tener que salir con cerbatanas para evitar ser violadas, y nos van a matar para llevarse nuestro oro y nuestra plata”.

No andaban muy desencaminados los llamados ofensivamente, en el siglo XVIII, pieles rojas cuando temieron por el desalojo de sus tierras y que tres o cuatro siglos después, pasaron a depender no de otros pieles rojas sino de un pelirrojo obsesionado con levantar muros que separaran el territorio usurpado a los apaches de los descendientes de los mexicas o de los mapuches. Por eso, quienes apuestan por políticas racistas y xenófobas, tratando de levantar más y más vallas y murallas, deberían empezar por pedir que se devuelvan a sus auténticos propietarios las tierras que ellos usurparon.

Sorprende que el Partido Popular, que defiende la vigencia de la Constitución de 1978 y la declaración de los derechos humanos, se empeñe en copiar el discurso racista de la extrema derecha para atraer votos que cualquier demócrata rechazaría. La existencia de la extrema derecha obliga a los partidos constitucionalistas a hablar con ellos, pero jamás a hablar como hablan ellos. No es aconsejable ignorarlos, porque están ahí. Es necesario hablar con ellos para derrotar sus xenófobos argumentos, pero no es decente hablar como ellos para ganarle unos cuantos votos. Quien hable como lo hace la extrema derecha acabará siendo reconocido como un partido de extrema derecha. Eso me pareció Feijóo en Cataluña.

1 comentario en “Con ellos, pero no como ellos”

  1. Este partido con estos planteamientos no pueden nunca no gobernar sino ni siquiera existir. Deberían estar ilegalizados. Pero que barbaridad a estas alturas.

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