La derrota por goleada de Biden frente a Trump en el debate del pasado mes de junio se encargó de evidenciar la decrepitud del actual presidente de los EEUU de América. Las voces reclamando su retirada comenzaron a escucharse por todo el país americano y por buena parte del mundo occidental. En una democracia consolidada como era la de EEUU, el presidente de esa nación hubiera convocado a su partido, el demócrata, para discutir la conveniencia o no de su presentación o de su retirada
¿Fue eso lo que hizo Biden? Todos sabemos que no. El presidente se reunió con su familia más cercana a la que le pidió su opinión al respecto. Semejante proceder resulta una anomalía democrática. ¿Por qué acudir a su familia para resolver una duda de esa magnitud? Si ponemos en el platillo de la balanza el hecho de que su hijo, Hunter Biden, fue declarado culpable de los tres cargos que enfrentaba por mentir sobre su consumo de drogas al comprar un arma en octubre de 2018, podremos intuir que el deseo de la familia de Biden está puesto sobre el futuro carcelario de Hunter Biden y no sobre los intereses de la nación norteamericana. La condena del hijo del presidente puede oscilar entre los 25 y los 5 años. No resulta nada extraño que los deseos de Biden y de su familia en presentarse a la reelección tengan por objetivo evitar dejar en manos de Trump el futuro de su hijo.
Resulta que en el país más importante del mundo occidental van a competir dos candidatos por la presidencia. Por el partido republicano repetirá Donald Trump, que pretende volver a la presidencia para verse libre de la cantidad de procesos judiciales en los que anda metido. Por el partido demócrata lo hará Joe Biden, que pretende repetir la presidencia para evitar el mal trato que podría recibir su hijo si Trump resultara vencedor.
Y a todo esto, ¿no tienen nada que decir desde el partido republicano y desde el partido demócrata? Me temo que como pasa por otros lares, o no se atreven a levantar la voz o son cómplices de apoyar a quienes manejan intereses personales que nada tienen que ver con los intereses de la nación que aspiran a presidir. Si se sigue consultando con la familia las decisiones que afectan a millones de personas, los partidos devendrán inútiles e innecesarios. Y sin partidos no hay democracia. Lo sabemos muy bien los españoles.
Ese silencio y ese mirar para otra parte están convirtiendo la democracia en una egocracia. Y ese sistema no genera líderes sino autócratas.
Como siempre, en estos casos, somos los ciudadanos los que tenemos la última palabra. Así lo han puesto de manifiesto los franceses en las elecciones del domingo pasado. Ojalá que en noviembre no tengamos que recordar el título de ese famoso fado de Amália Rodrígues: ¡Qué extraña forma de votar!
La Familia, la Cosa Nostra
En España Marta Ferrusola du capo de los Pujol ya fallecida , una familia de las mas mafiosas y ladronas en el poder. Los EREs de Andalucia tambien a nuestra familia con millones de los parados autentica verguenza de la cosa nostra en andalucia del Psoe
Ahora la familia de Sanchez , esposa y hermano investigados de trafico de influencias y incremento de patrimonio no justificado
En todos los sitios cuecen habas y en la familia a calderadas
Duro y a la vez dantesco el panorama que nos predice la contumacia de Mr. Joe Biden. El mundo está en una vía muy peligrosa que podría ser incendiada definitivamente por Mr. Trumpp. Cuidadoso con los de Lis ojitos rasgados que ya conocían todo cuando aquí se solucionaban Lis problemas a garrotazos.
Dramatica situación la que planteas , en EEUU y otros lares del mundo , donde los intereses de los candidatos por protegerse de procedimientos penales habidos o por haber en un horizonte penal cercano , determina su presentación como candidato , enmudeciendo la maquinaria de los partidos para determinar quien puede ser el mejor candidato . Lastima , por cuanto que ese bipartidismo basado en la Ley Duverger que defiende la mayoría a una sola vuelta dando la estabilidad a ese bipartidismo quizá imperfecto pero eficaz ,.está siendo llevado a la nada por una hipnosis de la sociedad, del votante y del militante que permite la autocracia del lider de la que también se vera beneficiado por recompensa a su apoyo incondicional . Triste realidad , triste ,muy triste. No estaremos como decía Marx sometidos a los efectos del ppio del pueblo?