Soy aficionado al futbol y me gusta ver jugar al Barça. Nunca se conoce con exactitud las razones que te llevan a ser forofo de un equipo y enemigo de aquel otro que le planta cara al equipo de tus amores.
Cuando tuve edad para saber, supe lo que acaban de conocer muchos españoles: el Barça nunca fue el símbolo del antifranquismo. La directiva del club acaba de aprobar la nulidad de las dos medallas que el club -que es más que un club-concedió a SE el Generalísimo Franco. Ahora pretenden hacernos creer que estuvieron obligados a hacerlo, pero nadie va a creerse que en 1971 y en 1974, es decir, en los estertores del franquismo, el Barça estuviera obligado a concederle una medalla de oro en 1971 y nombrar a Franco presidente de honor del Palau Blaugrana y el Palacio de Hielo, y concederle la Medalla de oro del club en 1974 con motivo del 75 aniversario de su fundación.
El asunto no me escandaliza porque yo soy del Barça por razones puramente deportivas. Lo que si me llama la atención es el diferente trato que por la Junta Directiva de ahora y por la afición barcelonista actual se dispensa al rey Felipe VI, al que se recibe con pitadas e indultos, y el que se dispensaba al anterior Jefe del Estado, el dictador Franco.
Sabiendo lo de las medallas y viendo las finales de la Copa del Rey, cuando la disputa el Barça, no tengo más remedio que pensar que a los seguidores catalanes del Barça les caía mejor Franco que D. Felipe. Que se sepa, nadie pitó al primero cuando le entregaron las medallas.
¿ por qué pitan? porque pueden , porque está permitido, porque se consiguió. ¡qué paradojas!