Nuevo gobierno: no busquen explicaciones

Los ministros y ministras del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. / EFE
Los ministros y ministras del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. / EFE

Por muchas vueltas que se le dé, nadie podrá interpretar las razones que animan a un Presidente de Gobierno a conformar un determinado Consejo de Ministros. La composición del Gabinete solo está en la cabeza de quien lo nombra. Solo él conoce las razones que le llevaron a nombrar y cesar a unos y otros. Seguro que ninguno de los nombrados le habrá preguntado las razones por las que es él y no otro el designado por la varita presidencial. En mis tiempos de Presidente de la Junta de Extremadura nadie de los nombrados me preguntó las razones de su nombramiento. Son múltiples las barajas que tiene que barajar quien tiene por delante esa delicada tarea. Razones de eficacia, de equilibrio territorial, de militancia política, etc., son las que se suelen barajar para conformar un equipo que acompañe al Presidente.

Y si es cierto que nadie pregunta por las razones de su nombramiento, lo contrario si suele hacer acto de presencia. Los cesados piden explicaciones que no se les pueden proporcionar. “No me pediste explicaciones por tu nominación y no creo que sea prudente pedírmelas por las razones de tu cese” suele ser una respuesta adecuada. No hay explicación posible. No se le dices al que se va que lo cesas, porque es un excelente Ministro o Consejero, porque la respuesta que recibirías sería: “¿Entonces, por qué me cesas?”. Tampoco se puede humillar al cesado argumentando lo deficiente de su gestión. No solo saldría del Gabinete, sino que se iría destrozado, y el amigo se convertiría en enemigo visceral.

Si se puede adivinar una de las razones que guían al Presidente que conforma su Gabinete. Si el Consejo de Gobierno resultante ofrece una imagen de nombrados con perfil bajo, con eficacia relativa, con formación académica o intelectual deseable o con experiencia política escasa, estaremos ante un Presidente acomplejado, conocedor de sus limitaciones y, por tanto, deseoso de que el perfil de su Gobierno no brille por encima de él. Por el contrario, un Presidente seguro de su fortaleza y de su proyecto político hará todo lo posible por tener a su lado a lo mejor del mercado. Cuanto mejor sean sus acompañantes en la aventura de gobernar, más podrá aprovecharse el Presidente de la eficacia de quienes se sienten con él en el Consejo de Gobierno. Un Presidente brillará más cuanto mejor sean sus ministros. De ellos puede aprovecharse quien los preside y se presenta ante el conjunto de la ciudadanía para dar cuenta de su mandato al frente del Gobierno. No busquen los analistas, por lo tanto, razones de los nombramientos que acaba de realizar el Presidente Sánchez. Analicen solo la actitud, formación, cualificación de sus ministros y vean si estamos ante el primer o segundo supuesto. De lo que no cabe ninguna duda es que cuando se nombran tantas Vicepresidencias, el puesto de Vicepresidente queda absolutamente devaluado. Si acaso Pedro Sánchez siguiera la tónica que yo empleé en el nombramiento de Vicepresidentes de la Junta, se darán cuenta de que lo inteligente es nombrar Vicepresidentes que no puedan aspirar a sustituir al Presidente. Si así fuera, Nadia Calviño, Yolanda Díaz, Teresa Ribera y María Jesús Montero quedan descartadas para relevar al Presidente en el caso de que fuera necesario por las razones que indica la ley.

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