¿Qué es lo que saben los diputados que desconocemos el común de los mortales? Me refiero a los aplausos con que se premian las intervenciones, que desde una u otra bancada, se realizan los miércoles de cada semana en lo que se denomina “preguntas al gobierno”. En ocasiones he presenciado esas intervenciones con amigos o familiares y he mirado las caras de ellos y las he comparado con el regocijo y las palmadas de sus señorías. Debe de existir un divorcio entre ciudadanos y representantes.
Lo que para estos últimos son intervenciones de matrícula de honor, premiadas además con el entusiasmo de las bancadas a las que pertenecen los oradores, no provocan la misma sensación en quienes los escuchamos. Los parlamentarios ríen y aplauden a rabiar sin que los demás sepamos dónde está la gracia, el arte y el salero. No es extraño que, si a una faena parlamentaria de andar por casa se le premia con orejas y rabo, no surjan oradores de la categoría de quienes han pasado por ese parlamento dejando recuerdos imborrables de intervenciones memorables. Si cuesta tan poco ser aplaudidos, ¿para qué esforzarse en mejorar la oratoria en su forma y en su contenido?
¿Por qué pueden entrar en España -de lo que me felicito y felicito a los españoles- quienes huyen de la invasión rusa, y no pueden entrar quienes huyen de las matanzas en Niger? ¿Por qué se legaliza a los ucranianos que están sin papeles en España -también me alegro- y no se legalizan a los subsaharianos que están en la misma situación? Si la condición para ser legalizados es que su país está siendo invadido, ¿no merece el mismo trato aquellos que salieron huyendo de las violaciones, de las masacres, de las torturas, en definitiva, de los atentados permanentes a los derechos humanos?
Si fuera verdad que la amnistía, los indultos y el borrado de algunos delitos en el Código Penal han contribuido a la paz en Cataluña, ¿por qué todos los partidos, incluidos los constitucionalistas, no basaron sus dos últimas campañas electorales en esas medidas? Estoy seguro de que no fue un olvido. Si no lo hicieron fue porque no lo creían.
Felicito al señor Cuerpo por su llegada al Ministerio de Economía. Su labor deberá ser juzgada cuando finalice su mandato. Es extremeño de origen y de formación básica y profesional. Estoy seguro de que su papel en el gobierno se guiará por los intereses del país, por las directrices del Presidente y por los acuerdos en la Unión Europea. Al país debería interesarle el equilibrio territorial. ¿Por qué ese equilibrio no siempre guía los intereses de los economistas?
Es predicar en desierto. Eres inasequible al desaliento.