Carles Puigdemont perdió un referéndum sobre las negociaciones con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, Secretario General socialista y candidato propuesto por el Rey y Jefe del Estado, Felipe VI. El referéndum era de tipo consultivo. Puigdemont no está obligado a hacer caso de lo que le han dicho sus votantes. El virrey de Waterloo tiene que elegir entre aceptar el resultado o seguir defendiendo la amnistía que le permitiría volver a España diciendo lo que dijeron sus colegas al salir de prisión por el indulto concedido por el Gobierno de España: “Lo volveremos a hacer”.
El Comité Federal del PSOE se ha reunido el sábado 28 de noviembre para autorizar la celebración de una consulta a sus militantes sobre el acuerdo que firmaron el martes pasado con Sumar para formar gobierno y “lograr el apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria”. Al momento de redactar estas líneas no se sabe si el referéndum será de tipo consultivo o decisorio.
La militancia socialista a la hora de votar deberá tener en cuenta dos circunstancias: El PSOE no ganó las elecciones del pasado 23J. Quedó en segundo lugar. Tras la no aceptación por el Congreso de los Diputados del candidato del partido que ganó, Núñez Feijoo del PP, el siguiente candidato no podía ser otro que el Secretario General del PSOE. Con 121 diputados, las cuentas no salen. Se necesitan 176 votos para la primera votación. El PSOE, aparentemente, no tiene más remedio que buscar aliados que le permitan obtener la mayoría de la Cámara para que Pedro Sánchez resulte investido Presidente del Gobierno. Sumar es el socio más rechupeteado de los que toman asiento en el Congreso. Su jefa de grupo es tan pedrista que no tiene explicación su decisión de haber concurrido por separado a las elecciones generales dividiendo el voto de la izquierda como viene ocurriendo desde que se acudió por primera vez a las elecciones de 1977. Si se pacta con partidos tan de derechas como PNV o JuntsXCat, se obtendrá la presidencia del gobierno, pero no se podrá hablar de bloque progresista.
Puesto que parte de lo que se somete a consulta ya está firmado y rubricado por el Secretario General del PSOE y el resto de la consulta no precisa qué se va a negociar y con quiénes, ¿qué es lo que se pretende con la consulta?
En segundo lugar, puesto que parte de lo que se somete a consulta ya está firmado y rubricado por el Secretario General del PSOE y el resto de la consulta no precisa qué se va a negociar y con quiénes, ¿qué es lo que se pretende con la consulta? Si ocurriera –que no va a ocurrir- que el resultado del referéndum fuera negativo para ese pacto, ¿significaría eso que la dirección socialista revocaría su firma del acuerdo o conllevaría la dimisión de la dirección y de los miembros del Comité Federal que votaron a favor del documento firmado y de la amnistía proclamada?
Poner a los militantes socialistas ante hechos consumados no tiene la más mínima lógica. El voto negativo tendría un resultado catastrófico para el PSOE en los momentos críticos en los que se encuentra la política española. Se obliga, sin decirlo, a votar a favor de un pacto que vuelve a poner de manifiesto la debilidad de la opción socialista. Frente a los que aceptan cualquier cosa con tal de que no gobierne el PP con Vox -¿qué hacemos entonces?- preguntan cuando defiendes posturas contrarias a ese tipo de acuerdo que irá acompañado de socios tan poco fiables y recomendables como Bildu, ERC o JxC, mi respuesta siempre es la misma: ¡¡ganar las elecciones!! El PSOE siempre ha competido electoralmente con fuerzas políticas que teóricamente se situaban a su izquierda (PCE, IU…) y siempre les hemos ganado la partida. Sumar, aunque besa más, aprieta menos que lo hacía Santiago Carrillo o Gaspar Llamazares o Gerardo Iglesias.
“Hay que hacer de la necesidad virtud” dijo Pedro Sánchez en el Comité Federal para justificar la amnistía. No veo la virtud por ninguna parte cuando se habla de amnistiar a un delincuente cobarde y traidor. Y no veo la virtud en todos aquellos que dicen que apoyarán la investidura socialista; hasta ahora, lo que sabemos de ellos es que todos están poniendo el cazo para ver que se llevan. Ni uno solo aporta un solo ingrediente para el puchero común que cocine un guiso caliente y sabroso para todos los españoles. Si nos olvidamos de ellos, si renegamos de cualquier pacto que implique amnistía para los delincuentes o derechos a decidir por encima de los derechos de los españoles, seguro que el PSOE volvería a ser una verdadera piña y volveríamos a ser el gran partido de centro izquierda que añoran millones de españoles.
Yo siento una gran pena y una involucion en la democracia de nuestro pais…esto mas bien es una autocracia….
No escuchan a nadie que no les vayan a votar …
Que impotencia!!
Todo lo explicitado me parece de una lógica aplastante. Algo que últimamente no está muy presente en la política española. Qué pena!
Magistral!
Perfecto Juan Carlos.,pero Pedro Sánchez está en su labor inasequible al desaliento.
¿Quién nombra a los fiscales?….pues eso.
Un fuerte abrazo desde Canarias.