Nuevo Día de Extremadura. Seguimos instalados en los tópicos y en los prejuicios. Se sigue pensando en la Extremadura incomunicada como si nada hubiera pasado en este espacio en cuanto a comunicaciones se refiere. Los más pesimistas de hoy, que se parecen como una gota de agua a otra gota de agua a los pesimistas de hace 10, 20, 30, 40 años, siguen manteniendo el tópico aunque la realidad haya cambiado. Algunos piensan y dicen que las carreteras extremeñas son las peores de España (debe ser que se han recorrido todas) mientras que un estudio pormenorizado, de 2019, de la Asociación Española de la Carretera sitúa nuestra red viaria en el primer puesto en cuanto al estado de los firmes de todas las carreteras españolas. El tópico funciona por encima de la realidad.
El propio nombre de nuestra región delata la imagen negativa que se tienen de la misma. “Extrema y dura” dicen los que están llenos de prejuicios. Se ignora que en el Bajo Medievo el término Extremadura hacía referencia a distintas realidades históricas y geográficas. Existía la Extremadura castellana y la Extremadura leonesa. En la castellana se incluían términos municipales de Soria, Salamanca y Ávila y, también, Trujillo, Plasencia o Medellín. Los Borbones, en el siglo XVIII, establecen 38 provincias en España, siendo Extremadura, una de ellas. Y es en el Trienio Liberal cuando se divide la región en dos: La Alta y la Baja Extremadura, hasta que en 1833, Javier del Burgo delimita a Extremadura en dos provincias: Cáceres y Badajoz.
Algunos piensan que el nombre de Extremadura surge del pastoreo y de la trashumancia. Aquí parían las ovejas merinas venidas del norte y al final de la primavera los pastores EXTREMABAN (separaban) los corderos de las madres.
Seguir llamando pobre a Extremadura es ofender a tantos territorios que en el mundo apenas disponen de un dólar al mes para malvivir. Seguir pensando que aquí hay mucho que hacer y no arremangarse es seguir estirando el tópico y los prejuicios. Leí la opinión de un brillante empresario nacido en Extremadura y residente en Madrid que decía que en nuestra tierra con poco se vive bien. Tal vez por ahí encontremos alguna explicación a nuestra sistemática negativa a todo lo que implique riesgo. Un siglo y medio antes, Juan Antero de Zugasti, en 1862, escribió un libro que lleva por título “Causas del retraso de Extremadura y mejoras que deben introducirse”, en el que se nos muestra a una región postrada, irredenta, doliente…
Como quiera que sea, el caciquismo, leyendas como la de Las Hurdes o nombres como La Siberia (que nada tienen que ver con la Siberia del hielo, sino que en todo caso sería La Siberia del agua) forjaron una imagen sesgada de la región. Y ya, en 1918, con el catalanismo tratando de imponer sus tesis soberanistas, las dos Diputaciones hicieron una consulta popular preguntando si se quería o no seguir el modelo catalán a solo se aspiraba a una cierta autonomía administrativa. No era seguidismo sino la búsqueda de una salida a la marginación extremeña. Todo quedó varado frente al problema agrario que, como una maldición frustraba, cualquier tipo de experiencia mediante el caciquismo terrateniente.
Hoy, la agricultura extremeña no constituye un obstáculo al progreso y al desarrollo, sino todo lo contrario. Un nuevo mundo se abre ante nosotros. Hoy, Día de Extremadura, ¿qué estamos dispuestos a entregar para no quedar presos de los tópicos y los prejuicios? ¡¡¡FELIZ DÍA!!!
Pues de acuerdo contigo Presidente si cuanto dices puede atribuirse en su mayor parte al tiempo de tu mandato, en el que ciertamente se produjeron avances enormes en materias de transportes, industria -primordialmente la agroalimentaria- agricultura moderna y automatizada, cultura, educación, sanidad, bienestar, servicios de los que éramos tan deficitarios, y un largo etcétera de conquistas sociales. Fué un prolongado período, con muchas más luces que sombras, que nos hizo creer que saldríamos para siempre del atraso ancestral y, como así ocurrió, Extremadura se situaba en el mapa y los extremeños podríamos alejar los tópicos que muchos nos atribuían.
Reconozcamos que grande fue la gesta, grande fue el esfuerzo y grande la voluntad de levantarnos. Reconozcamos también que la llegada del Estado Autonómico permitió que fuéramos más dueños de nuestro destino, porque contábamos con recursos que podríamos gestionar y con la solidaridad de unos gobiernos conscientes de las injusticias que desde el centralismo imperante en el franquismo, y aún antes con las revoluciones industriales que nunca conocimos por éstos pagos,, se habían cometido con Extremadura. Pero se hizo bajo tu batuta y a nuestra tierra la dimos la vuelta como un calcetín para que fuese considerada y respetada como una más en condiciones de igualdad con otros territorios.
Habría que indagar en las causas, más que en los causantes aunque también, para entender el porqué de la vuelta a una desconfianza en nuestras potencialidades, el porqué nuestras fortalezas como colectivo humano para seguir en la lucha por cimentar nuestro crecimiento ya no son tantas y se están debilitando, y por ende el porqué renacen ésos tópicos que creíamos olvidados.
Y la pregunta final es justamente la que tú formulas, ¿qué estamos dispuestos a entregar cada uno y todos juntos para revertir una situación que nos evoca viejos y nuevos tópicos?.
Y reconozco que tus reflexiones quieres que se entiendan en positivo para generar nuevas corrientes de ilusión y confianza en el futuro. Pero reconoce que la velocidad de crucero con la que pilotaba ésta nave hoy es mucho más lenta por mor de ésas causas sobre las que poco se piensa y en la que pocos piensan.
Me sumo a tu deseo de un Feliz Día de Extremadura.
Estimados Juan Carlos y Eduardo, estoy bastante de acuerdo con las reflexiones hechas por vosotros para y por la marcha de Extremadura, pero difiero con Juan Carlos en que últimamente la velocidad de crucero que llevamos en la Región no es la que llevan otras CCAA, pues en todas las estadísticas de tipo social, económica, sanitaria, etc…. aparecemos siempre en el vagon de cola y es hora y día de reivindicar independientemente de felicitarnos.
Hecho de menos un Presidente que pida, reivindique y sepa decir no a determinadas actuaciones y decisiones políticas, económicas y sociales tomadas por el Gobierno del País.
Feliz día de Extremadura!!!!