amnistía

¿Debemos pedir perdón?

Son muchas las campañas electorales en las que he participado desde las primeras elecciones generales de 1977. Lo he hecho cuando gobernaban Adolfo Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Con siete presidentes de Gobierno y en las elecciones autonómicas, desde 1983, hasta las últimas de 2023, en Extremadura y en casi todas las comunidades autonómas, y en las elecciones municipales, desde 1979. Calculo que habrán sido más de setenta campañas electorales. En la única ocasión que me sentí incómodo fue en la de 1982. Tenía la sensación de que tal vez no les estaba diciendo toda la verdad a los asistentes a los mítines en lo relacionado con la opción socialista respecto a la presencia de España en la OTAN.

Pregunto lo que no sé

¿Qué es lo que saben los diputados que desconocemos el común de los mortales? Me refiero a los aplausos con que se premian las intervenciones, que desde una u otra bancada, se realizan los miércoles de cada semana en lo que se denomina “preguntas al gobierno”. En ocasiones he presenciado esas intervenciones con amigos o familiares y he mirado las caras de ellos y las he comparado con el regocijo y las palmadas de sus señorías. Debe de existir un divorcio entre ciudadanos y representantes.

¡De eso nada, monada!

Todavía se está a la espera de que se nos ofrezca una explicación que pueda ser entendida en toda su dimensión sobre la proposición de ley de amnistía. Sobran los argumentos peregrinos que no se los creen ni quienes los formulan. Sobran las adjetivaciones contra aquellos que no comparten semejante medida. Cuando no se tienen argumentos solventes, se acude a la descalificación. Cuando alguien llama facha a quienes se oponen a la amnistía, están calificándose a sí mismos. Quienes estamos en contra somos tan fachas como los que hace apenas tres meses decían lo mismo que decimos los que no somos partidarios de la amnistía. “Soy tan facha como lo eras tú antes del 23J” es la respuesta que merecen quienes en lugar de pedir disculpas por predicar lo contrario de lo que predicaban, se dedican a insinuar oscuros intereses de quienes no comulgamos con la medida. Alguna vez habrá que preguntar seriamente sobre quiénes fueron los que han traído a la extrema derecha a la política nacional, regional y local.

¡Viva la Internacional!

Sindicatos reunidos con Pedro Sánchez
El presidente en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se reúne con los líderes de los sindicatos mayoritarios, Unai Sordo (d) y Pepe Álvarez (c).

Los sindicatos CCOO y UGT han valorado “positivamente” los distintos acuerdos alcanzados por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para conseguir su investidura. Los dos sindicatos han afirmado ser “conscientes de las polémicas y dificultades» de los diversos acuerdos alcanzados para la investidura.

No comparen, por favor

No comparen, por favor / Rosell

Hemos pasado de los de la “vieja guardia” a los “históricos” del PSOE. Tal vez lo de “guardia” podría conferir una cierta autoridad in vigilando que nos posibilitaba censurar determinados comportamientos en el seno del PSOE. Ahora somos “los históricos”. Ese calificativo ya no confiere autoridad sino alejamiento de la realidad actual. Nuestras opiniones sobre el socialismo son tomadas como antiguallas alejadas del mundo moderno. Lo de “histórico” no tiene mucho que ver con la edad sino con la experiencia. Los hay dentro del Partido Socialista con edades similares a las que tenemos muchos de los “históricos”, que no gozan de esa cualificación. Sencillamente no estuvieron cuando había que estar. Estaban en otros menesteres.

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