Andalucía

La responsabilidad de la militancia socialista

La responsabilidad de la militancia socialista / ROSELL
La responsabilidad de la militancia socialista / ROSELL

España es un país de clichés construidos sobre la nada o la mentira. Las biografías importan poco. Importa la imagen que consigan transmitir de cada uno de nosotros. Desde que se inventó el nefasto sistema de primarias para elegir a los candidatos a la presidencia de los distintos gobiernos, los militantes se dividen en traidores o leales, según se hayan mantenido fieles a una candidatura o hayan desertado de ella para votar a la contraria. Tengo publicados más de una decena de artículos rechazando esa forma de selección del liderazgo y mi renuncia a votar en cualquier proceso donde se enfrenta un militante a otro sin más argumentos que los personales. Nunca voté en unas primarias y, en consecuencia, tampoco voté ni a Pedro Sánchez ni a Susana Díaz cuando se enfrentaron por el liderazgo socialista. No fui al acto que la candidata andaluza celebró en Madrid acompañada de la plana mayor socialista y de lo que periodísticamente se conoce como la vieja guardia socialista. Y tampoco acudí a ninguno de los actos que protagonizo por los mismos objetivos el candidato madrileño.

¿Por qué no recurrir a ellos?

Expulsar no significa más que privar a quien se expulsa de su condición de afiliado, pero no de su condición de socialista

Isabel Díaz Ayuso junto con los exdirigentes socialistas Joaquín Leguina y Nicolás Redondo. Europa Press
Isabel Díaz Ayuso junto con los exdirigentes socialistas Joaquín Leguina y Nicolás Redondo. Europa Press

En el año 1921 el Partido Socialista Obrero Español celebró su tercer Congreso extraordinario. Fue extraordinario porque se trataba de decidir si la organización fundada por Pablo Iglesias, 42 años antes, se incorporaba o no a la Tercera Internacional Comunista creada tras el triunfo de la Revolución de 1917 en Rusia. En ese Congreso se discutieron y enfrentaron dos posiciones: los partidarios de abandonar la Internacional socialista y entroncarse en la comunista, posición defendida por Daniel Anguiano que había viajado el año antes a Moscú para que, junto a Fernando de los Ríos, hablaran con Lenin sobre las condiciones de integración en la Internacional Comunista. Fue Fernando de los Ríos quien defendió la posición contraria después de que en su entrevista con el máximo dirigente del Partido Comunista de la recién creada Unión Soviética le preguntara “ ¿Y la libertad para cuándo?” A lo que Lenin contestó: “¿Libertad?” “¿Libertad para qué?” “Libertad para ser libres”, replicó el dirigente socialista.

La contaminación ambiental

La contaminación ambiental / Rosell
La contaminación ambiental / Rosell

A raíz de la sentencia sobre el caso de los ERE de Andalucía, por la que han resultado condenados en primera instancia los que fueron presidentes, consejeros y altos cargos de la Junta de Andalucía en la etapa de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, se ha puesto de moda acusar y dar por muerto al que llaman «viejo PSOE». En el supuesto de que eso fuera cierto, no se especifica si el final del «viejo PSOE» produce pena o alegría en quienes lo pregonan.

Tener dos lenguas, mentir doblemente

Tener dos lenguas, mentir doblemente / Rosell
Tener dos lenguas, mentir doblemente / Rosell

Muy débiles deben ser las razones que animan a algunos independentistas a considerar como nación a Cataluña si se ven obligados a mentir y a calumniar para justificar esa creencia. Y políticamente deben ser poca cosa aquellos que para llamar la atención en su territorio se agarran a la injuria, al agravio y al insulto a los ciudadanos andaluces y extremeños. En multitud de ocasiones ambas regiones han tenido que escuchar y soportar declaraciones de políticos nacionalistas catalanes que rayaban siempre el ultraje y el desprecio. Por estas tierras se tiene la sensación de que los independentistas sólo se sienten importantes si de cuando en cuando, y sin que venga a cuento, se descuelgan con palabras torticeras sobre la supuesta vagancia, indolencia e incultura de andaluces y extremeños. Unos cuantos ejemplos ilustran perfectamente esa actitud que destila supremacismo y odio adobados con el cacareado cuento de que los vagos del sur vivimos a costa del esfuerzo fiscal y laboral de los esforzados contribuyentes catalanes.

Vea y compare

Es posible que el señor Tezanos, catedrático de sociología y director del CIS, se equivocara honradamente en el sondeo que publicó semanas antes de la celebración de las elecciones autonómicas andaluzas, atribuyendo de 45 a 47 escaños al PSOE de Andalucía y solo 1 al incipiente partido llamado VOX. El error fue de tal naturaleza que, tal vez, Tezanos debería revisar sus métodos y adaptarlos a los tradicionales del CIS que están ya suficientemente contrastados. Desde mi punto de vista, no hay que ser sociólogo ni politólogo ni analista político, que de todo hay, y en abundancia, en emisoras y televisiones, para haber comprendido que las cosas no podían haber salido de manera diferente a como se han conducido. No podía ser creíble una candidata que apostando, con todo merecimiento y todas las credenciales, a la Secretaría General del PSOE, lo que implicaba el abandono de la presidencia de la Junta de Andalucía y de la Secretaría General del PSOE andaluz, cuando pierde esa oportunidad, regresa a tierras andaluzas como si nada hubiera pasado. Y sí pasó: pasó que perdió mucha credibilidad. Si se opta por lo más, después no se puede acudir a lo menos diciendo que lo menos es lo más. De nuevo el sistema de primarias casi aniquiló a una excelente política y contribuyó a la derrota del PSOE en Andalucía.

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