Y… ¿HASTA CUANDO EL SILENCIO?
No me gustan los nacionalistas que quieren romper España; menos me gustan los patriotas que la arruinan sacando el dinero de nuestro de nuestro país y metiéndolo en otros países más rentables o más seguros o en paraísos fiscales. No me gustan quienes aman tanto a su patria, tipo Bárcenas, que pretenden amarla a distancia, depositando el dinero robado en cuentas opacas en Suiza. Los unos, los nacionalistas pretenden pintar una raya que quede para la historia como la cicatriz vergonzante que afea el terreno; los otros tratan de practicar una eutanasia activa para que el enfermo muera de una vez. Los unos, quieren renegar de una patria porque tienen otra de repuesto. Los otros quieren quedarse sin patria si no son capaces de quedarse con la patria entera.
Entre nacionalistas rompedores y patriotas evasores, millones de ciudadanos sacrificando nuestro bienestar y el futuro de nuestros hijos, anestesiados, atemorizados, indignados, callados, vapuleados, indefensos, desconfiados y engañados por los que pretenden que veamos blanco cuando lo que pinta es negro. Y… ¿HASTA CUANDO EL SILENCIO?