comunicación

Los tópicos son los que agotan

Foto: EFE
Pronto se iniciará la nueva campaña electoral, aunque cualquiera que no viva en España y nos visite en estos días, si ve cualquier tipo de prensa, podrá concluir que la campaña electoral ya está lanzada a toda pastilla. De igual manera que en los inicios de la Transición nos inventamos aquello de la preautonomía, con el paso del tiempo, también creamos lo de la precampaña, que es una forma camuflada de denominar las campañas electorales de dos meses de duración.

¿Y qué hacer?

Los mapas que nos trajeron hasta aquí ya no sirven. Las coordenadas por las que se regía el mundo de la economía, de la política, de la cultura no contemplaban realidades que hoy existen y que ayer no estaban. Algunas cifras nos sitúan en una realidad inimaginable hace sólo 15 años: en los próximos diez años, una persona desempeñará hasta catorce trabajos diferentes antes de cumplir los 40. Más de la mitad de los trabajadores no llegan a alcanzar la cifra de cinco años de antigüedad en su trabajo. Hay algo más de mil seiscientos millones de personas registradas en Facebook. La compañía Google registra tres billones de búsquedas diarias. El número de whatsapps que se mandan cada día asciende a treinta mil millones. Las ocho carreras universitarias que se demandarán en 2020 aún no han sido creadas. El 92% de los datos de los que tiene constancia la humanidad desde que existen los registros físicos se han generado en los dos últimos años. Cada segundo el mundo oye sonar doscientos millones de teléfonos móviles. La tecnología digital está permitiendo que cada vez más cosas se puedan conectar a internet (internet de las cosas), de tal forma que los propios bienes producidos incorporan dispositivos que les proveen de capacidad de transmisión e información en tiempo real. Nunca antes de ahora, los consumidores, fabricantes, comercializadores y proveedores podían estar conectados gracias al desarrollo de la tecnología asociada a Internet, que permite la transferencia de información en tiempo real y a coste reducido.

Jóvenes esperando (El País)

Internet, la telefonía móvil, YouTube, los SMS y WhatsApp han alterado la realidad

Algunos españoles seguimos siendo fieles al veterano concurso televisivo de Jordi Hurtado Saber y Ganar, entre otras cosas, porque a su terminación, La 2 de TVE nos obsequia con sus repetidos reportajes sobre el mundo animal. Los programadores de esa cadena deben ser tan sabedores de que somos muy pocos los que mantenemos esa fidelidad, que no tienen el menor inconveniente en repetir los mismos programas un par de veces a la semana. No tiene gran importancia porque el objetivo del espectador es echar una cabezadita, después del reparador almuerzo, para que los pocos minutos de sueño te alcancen para continuar toda la jornada laboral. Los inconvenientes de los programas de después de almorzar.

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