Comunidad de Madrid

De dónde saca ‘pa’ tanto como destaca

Lo que en Madrid es ser pobre (por eso recibirán becas de estudio), en Extremadura y en otras zonas de España es ser rico

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Europa Press

Algo no funciona bien en este país nuestro, cada día más desigual y cada semana más irreconocible. De cuando en cuando nos enteramos de noticias que nos hacen dudar de la bondad del sistema que constitucionalmente convirtió a nuestro país en un Estado Federal.

Las dos caras de Madrid

Si no existiera esa parte de Madrid, innovadora, viva y dinámica, sería imposible que estuviera avanzando a la velocidad que lo está haciendo

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Europa Press
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Europa Press

La Comunidad de Madrid ha venido siendo noticia desde que Isabel Díaz Ayuso ganó las elecciones autonómicas con una ventaja sobre sus rivales que casi nadie esperaba. La gestión de la pandemia en los primeros meses en las residencias de acogida de ancianos hicieron creer a la mayoría que Ayuso no podría llegar a unas elecciones y ganarlas arrastrando el pesado fardo de haber dejado en sus habitaciones a enfermos contagiados para que murieran en las residencias sin ocupar plazas en los hospitales de la comunidad.

Centralismo madrileño

En Madrid seguirá existiendo la democracia cualquiera que sea el resultado. En Cataluña volverá a desaparecer el pluralismo político

La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso. Europa Press
La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso. Europa Press

Estamos viviendo en una España absolutamente descentralizada, de los países más descentralizados del mundo pero, sin embargo, económica y políticamente seguimos con un centralismo feroz. El centralismo madrileño le ha ganado la batalla cultural al centralismo catalán que se llevaba la palma antes de que el independentismo arruinara el buque insignia que era Cataluña. Es una verdad incuestionable afirmar que todo lo que no esté en Madrid no existe y ésa es la experiencia que tenemos acumulada a lo largo de estos años. Siempre ha sido así y, seguramente, siempre será así.

Tirar de la manta

Madrid no debe ser el lugar donde se afilen los puñales para ver quién mata políticamente a quién

El candidato del PSOE, Ángel Gabilondo
El candidato del PSOE, Ángel Gabilondo

Se cuenta que cuando, en 1980, Tarradellas, presidente provisional de la restaurada Generalitat de Cataluña, convocó las primeras elecciones al Parlamento de Cataluña tras la llegada de la democracia, los aspirantes a presidir el Gobierno catalán le visitaron en el Palacio de la Generalitat. Cuando se marcharon, uno de los asesores del presidente le preguntó: “¿Y quién cree usted que ganará?” Tarradellas, después de un largo comentario, contestó: “Ganará Jordi Pujol”. Intrigados, le pidieron que explicara su pronóstico. “Porque fue el único que se interesó por saber cómo era la vivienda oficial del Presidente de Cataluña”, contestó el veterano político.

De la tragedia madrileña a la farsa murciana

Iglesias vuelve a intentar la división del voto de izquierdas para que, como en 2015 con la victoria de Rajoy por la irrupción de Podemos, pueda seguir gobernando el PP en Madrid

El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras. Europa Press
El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras. Europa Press

El 18 de brumario de Luis Bonaparte, obra escrita por Karl Marx, comienza con la famosa frase: “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”.

El tamayazo fue la tragedia que anunció el camino que el Partido Popular emprendió para convertir en tragedia lo que no debería haber sido más que una historia de normalidad democrática en la Comunidad Autónoma de Madrid. Para quienes hayan perdido la memoria o no conozcan la gran tragedia que supuso lo que periodísticamente se bautizó como el tamayazo, recordemos que  la votación celebrada el 30 de junio de 2003, en la Asamblea de Madrid, dos parlamentarios del PSOE (María Teresa Sáez y Eduardo Tamayo)  impidieron con su abstención en la segunda votación de investidura la elección de Rafael Simancas, candidato socialista, como nuevo presidente de la Comunidad de Madrid. Este caso de transfuguismo acabaría obligando a repetir las elecciones en octubre de ese mismo año, tras las que Esperanza Aguirre (PP) se convirtió en nueva presidenta regional. La democracia quedó tocada por el hecho de que dos parlamentarios se alejaran de la disciplina de voto del partido en el que habían concurrido a las elecciones autonómicas madrileñas. No se pudo demostrar, pero todo el mundo sospechó que la decisión de impedir el triunfo del candidato de su partido tuvo que ver con el precio que alguien pagó para comprar el voto de Tamayo y Sáez. …

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