corrupción

Corrupción nacionalista catalana



La prensa privada y pública editada en Cataluña creó la famosa frase del “oasis catalán”. Por lo visto, mientras que en el resto de España la corrupción, la desvergüenza y la bronca constituían el santo y seña de la política española, en Cataluña reinaba la austeridad, la decencia y el entendimiento, el “oasis catalán”.

En defensa de la decencia política

En defensa de la decencia política / rosell

Ha habido mucha torpeza y, sobre todo, muchos sobrentendidos. Se suponía que después de cuarenta y cinco años de funcionamiento de las instituciones creadas por la Constitución de 1978, todo el mundo se identificaba con ellas, las reconocía, las diferenciaba y sabía en qué consiste el papel de cada uno de los integrantes de las mismas. La televisión pública comenzó ofreciendo los sábados a media mañana un programa por su segunda cadena llamado Parlamento, en el que se explicaba la actividad que nuestros diputados y senadores realizaban a lo largo de una legislatura. Pero siendo en La 2 y en la matinal de los sábados, se podría suponer que el 99% de los adolescentes españoles de aquel tiempo no vieron nunca ese programa.

La bandera que les arropó

Todos los tesoreros vivos de Convergencia Democrática de Cataluña están imputados por corrupción estructural, es decir, por exigir y aceptar pagos al partido para dar concesiones públicas a empresas privadas. La sede central del partido está embargada por dichos hechos en procesos judiciales en curso, y el número de dirigentes de dicho partido imputados en el Sumario “del 3%” y otros casos judiciales en curso es amplísimo. Todo el mundo lo sabía; en Cataluña resultaba corriente la expresión: “el 3%”, cuando se trataba de hablar con la Generalitat. Todo el mundo lo sabía y, al igual que ha pasado con otras situaciones, todo el que lo sabía lo contaba sotto voce pero lo callaba públicamente.

Todo está escrito

Casi nada de lo que ocurre en la actualidad ha pasado por primera vez. La literatura, bien sea la transmitida oralmente o por escrito, ya sea por lenguaje poético o narrativo, siempre dispone de un relato o de un poema que describe lo que nos pasa en la actualidad.
Para el caso tan resonado sobre el tráfico de mascarillas y los comisionistas que se embolsaron millones de euros, mientras millones de manos esperaban a que los relojes hicieran coincidir sus manecillas o números digitales con el 8 y las 12, para salir a las puertas, ventanas y balcones y juntarlas en un aplauso cerrado y merecido para quienes arriesgaban su vida desde el Sistema Sanitario intentando salvar la de los asustados ciudadanos que, durante un tiempo excesivamente largo, esperábamos mascarillas para protegernos de un virus que casi acaba con el sistema económico capitalista, la fábula que viene como anillo al dedo es la siguiente:

¿Por qué pagar 5000 euros?

Inmigrantes en un cayuco
EFE

Los visados se han convertido en una herramienta del poder blando de los Estados para impedir la llegada de los migrantes del sur hacia el norte global. La solicitud de visados en los países del sur sigue siendo un método que vulnera los derechos fundamentales: la imposibilidad de acceder a los consulados por falta de canales de comunicación, la completa falta de objetividad a la hora de solicitar los documentos que hay que aportar, cuya inexistente lista sigue cambiando según el interlocutor, el dinero que hay que pagar y que no se devuelve si la solicitud es denegada, la sospecha de corrupción, las negativas orales sin explicación ni motivación (…) La externalización de ciertos servicios consulares a operadores privados que sustituyen a la Administración. La embajada de España en Camerún hace pagar a los usuarios una tasa extra a un abogado o a un notario que colabora con la embajada para que este verifique la autenticidad de los documentos nacionales de Camerún. Los visados se han convertido en un negocio rentable para los consulados y las embajadas europeas en África.

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