El País

La CIA y compañía

El expresidente del Gobierno español Felipe González, en una imagen de archivo.VICTOR SAINZ
El expresidente del Gobierno español Felipe González, en una imagen de archivo. VICTOR SAINZ

“Si la supuesta participación de Madrid (del gobierno socialista) es confirmada, las credenciales democráticas  del Gobierno español y del Partido Socialista quedarían manchadas seriamente”. Así termina el informe desclasificado de la CIA y que, según algunos medios y fuerzas políticas, “confirman que el presidente socialista, Felipe González, dio su conformidad para crear los GAL en los años 80”. Y los diputados de EH Bildu, herederos de ETA, se han tirado a la yugular reclamando la comparecencia de Felipe González. ¿Para qué? Ya sobran explicaciones. Ellos ya han condenado al Presidente González. La duda de la CIA no cuenta para quienes han decidido eliminar “el derecho de todos a la presunción de inocencia”.

¡Que canten en casa!

La imagen que proyectan esos ministros no es la de una democracia consolidada

Catalá, Zoido y Méndez de Vigo entonan 'Soy el novio de la muerte'
Catalá, Zoido y Méndez de Vigo entonan ‘Soy el novio de la muerte’

Escribió Unamuno, en su ensayo sobre El individualismo español (Ensayos,Aguilar, 1942) que “El humorista americano Wendell Holmes habla en una de sus obras de los tres Juanes: de Juan tal cual él se cree ser, de Juan tal cual le creen los demás y de Juan tal cual es en realidad”. El comportamiento de cada uno de nosotros gira alrededor de esas tres percepciones, mezclándose unas con otras, resaltando unas más que otras o tratando de ocultar aquellas que más pueden perjudicar la imagen que queramos transmitir.

Si los jueces alemanes supieran

Si los magistrados germanos fueran testigos de lo que ocurre en España, se darían cuenta de que la violencia que ejercen los separatistas catalanes está doblegando la voluntad de quienes antes sostenían una posición diferente.

Enrique Flores
Enrique Flores

Me resulta difícilmente comprensible la adjetivación de cualquier sustantivo, cuando a este se le añade la palabra político o política. ¿Qué añade a conciencia, vergüenza, valentía, presupuestos, coraje, salida… la adjetivación de política o político? Si acaso, se pretende reducir esos conceptos al ámbito de los políticos en ejercicio, se está cometiendo un reduccionismo incomprensible. O es que acaso alguien piensa que quienes se dedican a la política son poseedores de una conciencia, vergüenza, valentía o coraje distintos a los que posee el común de los ciudadanos. En las demás actividades de la vida —y la política es una de ellas— no se habla de esas virtudes adjetivándolas, ni de presupuestos caseros, médicos, escolares, universitarios o futbolísticos. Nadie dice que los presupuestos del Real Madrid o los del Barça son futbolísticos. ¿Por qué, entonces, se añade a los presupuestos de cualquier Gobierno el adjetivo “político”?

El PSOE debe estar a la altura

El PSOE tiene ahora la oportunidad de contribuir a hacer del PP un partido de centro, heredero de Suárez y no de Fraga, y de posibilitar que España cuente con Presupuestos negociados que aminoren las desigualdades favorecidas por Rajoy

Nicolás Aznárez

Se fue Felipe González de la Secretaría General del PSOE y comenzó el baile de legitimación de sus sucesores. Desde Joaquín Almunia, pasando por José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba y, ahora, Pedro Sánchez, el PSOE no ha parado de cambiar reglamentos y procedimientos de elección de cargos orgánicos e institucionales, hasta el punto de que resulta difícil adaptarse y asimilar cada uno de esos cambios. Salvo los secretarios de organización de las federaciones regionales y provinciales, no creo que exista militante que pueda saber cómo va a participar en esos intrincados caminos por los que se anda y desanda la tan cacareada participación de afiliados y simpatizantes.

Perdonen mi ignorancia

Es incomprensible que se especule con que Puigdemont o Junqueras puedan gobernar Cataluña

 Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Cataluña. Virginia Mayo (AP)
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Cataluña. Virginia Mayo (AP)

Debe ser que en cada casa rigen costumbres y maneras diferentes o debe ser que en algunos parlamentos los diputados electos son obligados por el capricho de los que lo rigen provisionalmente a comparecer personalmente para entregar sus credenciales en la secretaría correspondiente, para rellenar algunos documentos y para coquetear ante la cámara del fotógrafo que inmortaliza la imagen de los insignes próceres. He sido diputado estatal en dos legislaturas y media y diputado regional en seis ocasiones, y en todos los prolegómenos de cada legislatura tuve que pasar por el trámite descrito más arriba. Pero, al parecer, no todos los parlamentos exigen esas condiciones.

Scroll al inicio