Internet

¿Hay alguien que quiera hablar de futuro?

Tal vez si los candidatos a gobernar España hablaran de estos asuntos, el electorado, sobre todo el joven, participaría en la conversación y votaría con ganas y con conocimiento de causa.

Vistos los espectaculares cambios habidos desde la disposición al gran público de Internet, ¿cómo será la realidad dentro de veinte años? Si como parece, los servicios relacionados con las empresas y con las personas adquieren cada vez más importancia, no parece descabellado que se piense en cuántos de esos trabajos relacionados con los servicios podrán realizarse desde el domicilio particular de cada empleado o emprendedor.

Tertulianos y redes sociales

Tertulianos y redes sociales / rosell
Tertulianos y redes sociales / rosell

Los gobiernos quisieron siempre asustar al personal convirtiendo los informativos de las cadenas estatales y de las cadenas de televisión afines en lo que antiguamente hacía un periódico llamado El Caso. Era un semanario fundado en 1952, y que se especializó en noticias sobre sucesos. Tenía una tirada aproximadamente de 100.000 ejemplares, llegando en ocasiones a batir su propia marca con 500.000 números. Vivió hasta 1997. Ahora, los telediarios tienen una parte de información política, algo de información internacional y reparten el resto de su tiempo con muchos sucesos y la información meteorológica. La idea no es otra que convertir en temerosos a los electores para que cuando llegue la hora de votar depositen su papeleta de voto en aquella opción que mejor aparenta garantizar su seguridad.

Elogio de la valentía

Foto: EFE
El pasado día 8 de junio, Alberto Corazón, pintor, escultor y miembro numerario de la Real Academia de Bellas Artes, publicó un artículo en El País que, bajo el título ¡Arrepentidos, ¡a las urnas!, lamentaba el voto que concedió a Podemos en las pasadas elecciones del 20-D. Muy defraudado ha debido quedar tan prestigioso intelectual con Iglesias y los que le siguen como para escribir semejante alegato contra ellos y, particularmente, contra su líder.

¿Y qué hacer?

Los mapas que nos trajeron hasta aquí ya no sirven. Las coordenadas por las que se regía el mundo de la economía, de la política, de la cultura no contemplaban realidades que hoy existen y que ayer no estaban. Algunas cifras nos sitúan en una realidad inimaginable hace sólo 15 años: en los próximos diez años, una persona desempeñará hasta catorce trabajos diferentes antes de cumplir los 40. Más de la mitad de los trabajadores no llegan a alcanzar la cifra de cinco años de antigüedad en su trabajo. Hay algo más de mil seiscientos millones de personas registradas en Facebook. La compañía Google registra tres billones de búsquedas diarias. El número de whatsapps que se mandan cada día asciende a treinta mil millones. Las ocho carreras universitarias que se demandarán en 2020 aún no han sido creadas. El 92% de los datos de los que tiene constancia la humanidad desde que existen los registros físicos se han generado en los dos últimos años. Cada segundo el mundo oye sonar doscientos millones de teléfonos móviles. La tecnología digital está permitiendo que cada vez más cosas se puedan conectar a internet (internet de las cosas), de tal forma que los propios bienes producidos incorporan dispositivos que les proveen de capacidad de transmisión e información en tiempo real. Nunca antes de ahora, los consumidores, fabricantes, comercializadores y proveedores podían estar conectados gracias al desarrollo de la tecnología asociada a Internet, que permite la transferencia de información en tiempo real y a coste reducido.

Jóvenes esperando (El País)

Internet, la telefonía móvil, YouTube, los SMS y WhatsApp han alterado la realidad

Algunos españoles seguimos siendo fieles al veterano concurso televisivo de Jordi Hurtado Saber y Ganar, entre otras cosas, porque a su terminación, La 2 de TVE nos obsequia con sus repetidos reportajes sobre el mundo animal. Los programadores de esa cadena deben ser tan sabedores de que somos muy pocos los que mantenemos esa fidelidad, que no tienen el menor inconveniente en repetir los mismos programas un par de veces a la semana. No tiene gran importancia porque el objetivo del espectador es echar una cabezadita, después del reparador almuerzo, para que los pocos minutos de sueño te alcancen para continuar toda la jornada laboral. Los inconvenientes de los programas de después de almorzar.

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