izquierda unida

Si Yolanda ganara España, ¿quién la pierde?

Como yo no tengo intención de convertirme en un apátrida, tendré que hacer todo lo posible para que la señora Díaz no se quede con mi país

La vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos en el Gobierno, Yolanda Díaz

Al parecer, Yolanda Díaz ha hecho caso de quienes decimos con frecuencia que una propuesta política no puede comenzar con el nombre del protagonista (¿quién?), seguir con qué se piensa hacer (¿qué?) y terminar con el para qué (¿para qué?). La lógica indica que el camino es el contrario: Para qué se quiere gobernar, qué se quiere hacer y quién lo hará. La vicepresidenta segunda del Gobierno ha hecho una propuesta que comienza bien: Para qué quiere gobernar. “Está dispuesta a dar un paso para ganar España”. Yolanda Díaz quiere dar un paso para ganar España. El problema con el que nos encontramos es que ya sabemos para qué quiere dar un paso, pero no sabemos – por lo menos yo- en qué consiste “ganar España”.

Sin novedad, señora baronesa

En 1996, Felipe González, tras perder las elecciones frente al PP de Aznar, renunció a repetir como secretario general del PSOE. El nuevo PSOE que a partir de 1974 abanderaron Felipe y Alfonso Guerra junto con una nueva generación de dirigentes socialistas comenzó a declinar y caminar hacia posiciones que poco a poco han generando desconfianza en parte del electorado español.

Ese PSOE, a partir de 1979, defendió con seguridad su proyecto democrático y fue generando confianza en amplias capas de trabajadores de toda clase y condición, en profesionales liberales, en pequeños y medianos empresarios, en pensionistas, en agricultores, etc., y en amplios sectores del mundo de la cultura que apostaron por un proyecto de izquierdas razonable, creíble y posible. El abandono del marxismo supuso establecer una clara frontera entre el comunismo y la socialdemocracia.

(…), PARADA DE BURRO MANCHEGO

Pablo Iglesias tomando posesión como Vicepresidente SegundoAún resuenan en nuestros oídos los eslóganes, frases y lemas que se repitieron con tanta frecuencia durante las semanas que duró la protesta que en mayo de 2011 se centró en Madrid y expandió su onda expansiva por casi todas las provincias españolas. Todos recordamos los gritos que saliendo de la garganta de miles de jóvenes – y no tan jóvenes-  decían «No nos representan»,  «PSOE y PP la misma mierda es», «Lo llaman democracia y no lo es», «Nuestros sueños no caben en vuestras urnas», “Entre capullos y gaviotas nos han tomado por idiotas», “¿Dónde está la izquierda? Al fondo a la derecha» o «Esto no es cuestión de izquierdas contra derechas, es una cuestión de lo de abajo contra los de arriba».

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