limitación de mandatos

Desprecio a la política

Desprecio a la política / Rosell

Antes de la muerte de Franco y durante la transición española, la dedicación a la actividad política constituía en la mayoría de los casos un ejemplo de dignidad, valentía y altura de miras. En la mayor parte de los casos, el compromiso acompañaba a quienes se dedicaron a esa actividad. La cosa ha ido enredándose de tal manera que ahora esa dedicación -absolutamente necesaria para que la democracia exista- es sospechosa. Lejos de dar brillo, lo que hace es empañar la imagen. Antes, la familia aconsejaba no dedicarse a la política porque resultaba una actividad peligrosa para quienes habían vivido en sus carnes el fracaso de la II República y el terror de la dictadura. Ahora, las familias vuelven a aconsejar la no dedicación porque aparece como una actividad vergonzosa a los ojos de muchos ciudadanos.

Varas de medir

 Varas de medir / Rosell
Varas de medir / Rosell

La doble vara de medir es una expresión popular que nos conduce a otra que llamamos la ley del embudo. En cualquier caso, se trata de denunciar el tratamiento dispar, beneficioso para unos y oneroso para otros, que damos a situaciones iguales o parecidas.
Hoy, las distintas varas de medir o la ley del embudo me vienen a colación por el desigual trato recibido por situaciones penitenciarias y políticas que están teniendo lugar ante el silencio de quienes se rasgan fácilmente las vestiduras cuando les toca a ellos la parte estrecha del embudo.

Gracias Merkel

Debemos ser de los pocos países que se pasa la vida profundizando en la democracia sin que hayamos ahondado ni media pulgada en semejante empeño

Gracias Merkel
Según noticias de prensa, Podemos y C’s se reunieron el viernes, 10 de marzo, en el Congreso, para negociar una propuesta común que limite los mandatos presidenciales. Al parecer, Rajoy se resiste, con razón. Además, Iglesias y Rivera quieren extender la medida a presidentes autonómicos y alcaldes.

De cuando en cuando, el manual del perfecto demócrata español -vale decir del perfecto copión español- nos ilustra sobre la necesidad de profundizar en la democracia, confundiendo el verbo profundizar con el verbo mejorar o perfeccionar. Debemos ser de los pocos países que se pasa la vida profundizando en la democracia sin que, por el momento, hayamos ahondado ni media pulgada en semejante empeño. Para el lenguaje político al uso de hoy, profundizar la democracia vale lo mismo para un roto que para un descosido.

Los tapabaches

En el momento en que estoy escribiendo este comentario, diversas formaciones políticas se encuentran en pleno proceso de negociación para la investidura de Pedro Sánchez como futuro presidente del Gobierno de España, tras la negativa de Mariano Rajoy para tal eventualidad. Y no me extraña la renuncia de Rajoy porque sólo quienes se han sometido a una investidura parlamentaria saben lo duro y desagradable que supone tal hazaña. Y no digo nada si el candidato sabe desde que sube a la tribuna que la votación está perdida. No hablo de oídas porque, aunque a un nivel inferior, fueron seis las veces que tuve que vivir esa experiencia.

Limitación de mandatos: ¿constitucional?

La canciller alemana Angela Merkel, en su escaño del Bundestag. (Reuters)

Son muchos los teóricos que ven en la limitación de mandatos de los presidentes autonómicos y del Gobierno de España uno de los remedios a los males que aquejan al sistema democrático español. Algún partido de la nueva hornada ha decidido que quien busque su apoyo tiene que jurar que el mandato al que aspira sólo durará un máximo de ocho años. Un importante medio de comunicación nacional editorializaba, hace unas pocas semanas, sobre la dedicación exclusiva o no de los políticos, advirtiendo de que la exclusividad debería serlo por un tiempo determinado.

Scroll al inicio