Melilla

Sexilio

Sexilio / Rosell

Es tanta la terminología que se emplea en el lenguaje político y periodístico actual, que resulta francamente difícil situarse en el contenido concreto de una frase o de una palabra. Hace pocos días leí en un periódico de tirada nacional un artículo sobre la situación del independentismo en Cataluña que impedía situar la acción de lo que ocurrió por el mareo de fechas que manejaba el periodista. Muchas de ellas hacían referencia al día y al mes, pero evitaba señalar el año al que hacía referencia. Era agobiante tener que tratar de recordar en que año situar el 1-O o el 27-N o el 16-S. No creo en la mala fe del periodista, pero si pienso que, o por falta de profesionalidad o por falta de tiempo o porque sospecha que todos los ciudadanos no tenemos otra cosa que hacer que recordar esas fechas «históricas», pues que no hacía falta aclarar los años en los que ocurrió lo que el periodista nos contaba.

Intervención en «Al Rojo Vivo», de La Sexta

JCRI en "Al Rojo Vivo"

Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha criticado la reunión en un cuartel de la Guardia Civil para celebrar el intento del golpe de Estado del 23F por parte de Antonio Tejero y otros golpistas. «No puede haber guardias civiles que celebran golpes de Estado», ha expresado rotundo.

Además, ha valorado la última llegada de más de 350 inmigrantes a la ciudad autónoma de Melilla. Ha destacado que «habría que darles la bienvenida» en lugar de dejar «que se dañen saltando la frontera».

Paradoja (elconfidencial.com)

Varios operarios instalan la concertina en Melilla. (EFE)
Desde este verano, el Gobierno español ha intensificado los controles de acceso a territorio español a todos aquellos ciudadanos procedentes de la colonia inglesa gibraltareña. Fue, seguramente, la actitud provocadora del Gobernador de Gibraltar la que obligó a las autoridades españolas a tomar ese tipo de medidas, tendentes a responder al intento de los gibraltareños de ampliar por las buenas su disminuido territorio, a base de echar bloques de hormigón en las aguas españolas, lo que, sin duda, dificulta la faena de los pescadores de la Línea de la Concepción y de Algeciras. La medida es un incordio para los gibraltareños, pero lo es aún más para los linenses y algecireños que pasan todos los días a la colonia para ganarse la vida en ese peñón porque, sin duda, no lo pueden hacer en la parte de acá de la verja.

Scroll al inicio