No todo el que vota populismo es populista

Los partidos democráticos de la derecha y de la izquierda identifican al votante influido por el miedo con el populista ideológico

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro

Ya se venía venir. Creíamos que la democracia occidental estaba consolidada. No íbamos a ser tan estúpidos como para dejarnos arrastrar por los Trump, los Salvini, los Le Pen y demás saboteadores de la libertad. Con lo que costó desterrar los discursos racistas, xenófobos, machistas, dictatoriales, sabíamos que quienes se asomaran a la arena electoral con esos pronunciamientos no llegarían ni a la esquina de cualquier colegio electoral. Eso ya no tenía sitio en sociedades hechas y derechas como las nuestras. Quienes se atrevieran a despreciar a las mujeres, a los homosexuales, a quienes tuvieran una piel de color diferente a la «blanca» o una religión distinta de la «verdadera» estarían cavando su tumba en el momento de nacer.