EL OCUPA DE ESPAÑA

Unas cuantas preguntas. Por lo visto, alguien se siente con la suficiente fuerza para fusilar a 26 millones de españoles. Para eso no solo se tiene que tener energías; también, la propiedad del país. ¿Y dónde, cuándo y por cuánto lo compró? ¿En qué notaría firmó la adquisición de España y en qué registro de la propiedad lo inscribió? A ver si, como ha pasado con el Pazo de Meirás, va a resultar que el propietario no es el que se cree el dueño del predio y no es más que un vulgar ocupa.