MAYORES Y MAYORES DEPENDIENTES
Nadie en su sano juicio puede estar satisfecho con el estado de cosas que ha provocado la aparición de un virus criminal, contagioso e infeccioso. Quienes más están sufriendo sus consecuencias son los familiares de quienes han perdido a un familiar o a un amigo que la enfermedad se llevó a la tumba cuando no había perspectivas de que eso pudiera ocurrir tres meses antes. Les siguen quienes han pasado o están pasando le enfermedad en un hospital en habitaciones aisladas o en Unidades de Cuidados Intensivos. A continuación, aquellos profesionales que directa o indirectamente han tenido que verse las caras con enemigo tan invisible. Y, finalmente, el resto de la población que, temerosos por los estragos producidos o por producir, hemos aceptado el confinamiento y las consecuencias que para cada uno de nosotros y para el país va a suponer ese aislamiento.
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