Un Senador socialista por la provincia de Badajoz calificó en cierta ocasión a los jueces españoles como “asaltadores de caminos”. Se montó el dos de mayo. Más o menos se exigió que dimitiera el Senador y que se le procesara por semejante comparación.
Hay en la Justicia cómplices dispuestos a hacer el trabajo sucio para los partidos políticos
Los partidos no podrían politizar la Justicia si no contaran con cómplices dispuestos a hacer el trabajo sucio y a traicionar a sus compañeros de profesión. Ningún partido podría decir el nombre del presidente del CGPJ y del TS si no hubiera magistrados que estuvieran dispuestos a seguir las instrucciones de quienes han propuesto o van a proponer sus nombres. Cualquiera puede suponer -y supondrá acertando- que al magistrado al que se dirija el PP o el PSOE proponiéndole una vocalía del Consejo, le estará también exigiendo que vote para presidente, no a quien considere el mejor, sino al que hayan pactado los dos partidos. Si ya se sabe quién presidirá es porque se conoce que los vocales aceptarán que, a cambio de su nombramiento, perderán su independencia y acudirán como borregos a votar lo que les digan.
No existe la menor duda de que la aventura del independentismo está condenada al fracaso
Me contó un profesor universitario que el primer día del curso, en la Facultad de la que era catedrático, le dijo a sus alumnos: “Todos ustedes saben quién soy yo. Pero yo no sé quiénes son ustedes. Así que me van a escribir en un folio la respuesta razonada a la siguiente pregunta: ¿Usted qué prefiere, la libertad o la seguridad?” La decepción asomaba por el rostro del profesor. El 89% de los alumnos preferían la seguridad.