La portavoz parlamentaria de JxCAT, Míriam Nogueras, durante el pleno celebrado este martes. (EFE / Fernando Villar)
Un Senador socialista por la provincia de Badajoz calificó en cierta ocasión a los jueces españoles como “asaltadores de caminos”. Se montó el dos de mayo. Más o menos se exigió que dimitiera el Senador y que se le procesara por semejante comparación.
Hay en la Justicia cómplices dispuestos a hacer el trabajo sucio para los partidos políticos
El nuevo magistrado del Tribunal Constitucional Juan Carlos Campo, jura o promete su cargo ante el rey Felipe VI / EFE, Ballesteros
Los partidos no podrían politizar la Justicia si no contaran con cómplices dispuestos a hacer el trabajo sucio y a traicionar a sus compañeros de profesión. Ningún partido podría decir el nombre del presidente del CGPJ y del TS si no hubiera magistrados que estuvieran dispuestos a seguir las instrucciones de quienes han propuesto o van a proponer sus nombres. Cualquiera puede suponer -y supondrá acertando- que al magistrado al que se dirija el PP o el PSOE proponiéndole una vocalía del Consejo, le estará también exigiendo que vote para presidente, no a quien considere el mejor, sino al que hayan pactado los dos partidos. Si ya se sabe quién presidirá es porque se conoce que los vocales aceptarán que, a cambio de su nombramiento, perderán su independencia y acudirán como borregos a votar lo que les digan.
No existe la menor duda de que la aventura del independentismo está condenada al fracaso
Junqueras y los otros siete presos indultados de Lledoners a su salida de prisión.
Me contó un profesor universitario que el primer día del curso, en la Facultad de la que era catedrático, le dijo a sus alumnos: “Todos ustedes saben quién soy yo. Pero yo no sé quiénes son ustedes. Así que me van a escribir en un folio la respuesta razonada a la siguiente pregunta: ¿Usted qué prefiere, la libertad o la seguridad?” La decepción asomaba por el rostro del profesor. El 89% de los alumnos preferían la seguridad.