La CIA y compañía

El expresidente del Gobierno español Felipe González, en una imagen de archivo.VICTOR SAINZ
El expresidente del Gobierno español Felipe González, en una imagen de archivo. VICTOR SAINZ

“Si la supuesta participación de Madrid (del gobierno socialista) es confirmada, las credenciales democráticas  del Gobierno español y del Partido Socialista quedarían manchadas seriamente”. Así termina el informe desclasificado de la CIA y que, según algunos medios y fuerzas políticas, “confirman que el presidente socialista, Felipe González, dio su conformidad para crear los GAL en los años 80”. Y los diputados de EH Bildu, herederos de ETA, se han tirado a la yugular reclamando la comparecencia de Felipe González. ¿Para qué? Ya sobran explicaciones. Ellos ya han condenado al Presidente González. La duda de la CIA no cuenta para quienes han decidido eliminar “el derecho de todos a la presunción de inocencia”.

Eneko Andueza, Secretario General del PSE, afirmó: “Si el PSOE tiene algo que ver con eso (GAL), lo que haya hecho, que lo pague”. El PNV apoya la iniciativa de EH Bildu para crear una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados sobre el terrorismo de los GAL. Los independentistas catalanes apoyan esa petición. Si se creara esa comisión, habría que aclarar que quería decir el entonces presidente del PNV, Arzallus, cuando dijo que “mientras ETA agita el árbol, el PNV recoge las nueces”. ERC aclarará el acuerdo de Carod Rovira con ETA,  en 2004, en Perpiñán, para que la banda no atentara en Cataluña. Y los diputados de EH Bildu entregarán la información sobre los 379 atentados de los etarras aun sin juzgar. Txapote les habrá ilustrado en su entrevista del pasado 17 de junio, en la prisión de Huelva.

La CIA dice que “si se confirmara esa participación (…)”. Nadie la ha confirmado. Los Tribunales de Justicia no encontraron ninguna prueba ni indicio que implicara al presidente González en ese entramado. Sí está confirmado que los etarras  mataron a 343 civiles y a 486 miembros de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y militares.

Si se crease la comisión de los GAL, EH Bildu debería informar sobre los 379 atentados de ETA sin juzgar. Quienes conocemos a Felipe González sabemos que jamás autorizaría el crimen de Estado

Desde estas líneas rompo una lanza por Felipe González. Quienes le conocemos sabemos que jamás autorizaría el crimen de Estado, cualquiera que fueran las circunstancias. Lo prueba su formación, su moral y su acendrado sentimiento democrático. Y, también, su testimonio de que en 1990 pudo haber autorizado la liquidación de toda la cúpula de ETA que, reunida en el sur de Francia, no podía ser detenida por la policía española, pero que sí podía haber sido dinamitada si él lo hubiera ordenado (como hizo Obama con Bin Laden). Felipe González sabía que su decisión podría haber evitado posteriormente muchos asesinatos de la banda. Pero su conciencia pudo más que la tentación: él sabe que no se puede matar. Por cierto, si hubiera hecho lo contrario, la sociedad hubiera aplaudido como aplaudió la intervención del entonces senador de AP y empresario vasco, Luis Olarra, quien en 1980, en un programa de La Clave, le dijo a Balbín, delante de un selecto grupo de políticos: “ No coincido con mis compañeros; en el País Vasco nos conocemos todos, donde nos reunimos con nuestra tertulia, donde tomamos el aperitivo o la comida, donde jugamos la partida. Por eso he enviado  al presidente de Batasuna-ETA, Jon Idígoras, una lista de posibles víctimas de su partido si ETA atenta contra alguno de mis trabajadores y familiares. También le he enviado copia del depósito bancario de 300 millones de pesetas que garantizan las acciones por profesionales residentes en Marsella”. La advertencia surtió efecto. Era 1980. El PSOE estaba en la oposición. El documento de la CIA dice que “en esos años seguían atentando los grupos que, durante el franquismo y en la etapa de los gobiernos de UCD, actuaban bajo las siglas ATE( Anti Terrorismo Etarra), Triple A ( Alianza Apostólica Anticomunista) o el Batallón Vasco Español-

En ese periodo, esos grupos mataron a 31 personas  e hirieron a 34 en varios atentados contra la orbita de ETA. Cuando el PSOE llegó al gobierno esos grupos se fueron disolviendo y algunos de sus componentes se integraron al GAL. José Amedo, policía condenado por su participación en ese grupo, escribió que “las actividades del Batallón Vasco Español eran, en la década de los setenta, algo similar a lo que posteriormente realizaron los GAL. De hecho, existe una conexión clara entre ambas organizaciones”.

Para aquellos que desde las filas socialistas están tirando piedras contra la honorabilidad de Felipe González, el socialista que, junto con Alfonso Guerra y Ramón Rubial, más ha hecho por España, la democracia y el PSOE, resulta necesario remarcar que no es lo mismo terrorismo de Estado que la involucración de determinadas instancias o funcionarios del Estado en acciones ilegales. Si quieren llegar a la verdad, en lugar de difamar, consulten con personas que, en aquellos tiempos tan convulsos y en aquellos años de plomo, colaboraron estrechamente con el entonces Secretario General de PSE de Vizcaya, Ricardo García Damborenea.

Leer «La CIA y compañía» en El País

Scroll al inicio