Ramón Rubial

La farola apagada

Pasó el 28 de octubre de este año de 2023. Ese día se cumplieron cuarenta y un años de la impresionante victoria del PSOE en las elecciones generales de 1982. Doscientos dos diputados resultaron elegidos por la ciudadanía en las distintas provincias españolas. Cuando el método de recuento de papeletas no era tan sofisticado como lo es actualmente, el entonces Ministro del Interior, encargado de anunciar el resultado de esas elecciones, atribuyó a eso de las dos o tres de la madrugada la cifra de 201 diputados para el PSOE. El responsable de la campaña electoral socialista y dirigente del PSOE, Alfonso Guerra, compareció inmediatamente para afirmar que el resultado era el que él había comunicado (202 diputados). “Mañana aparecerá el que falta” afirmó rotundo. Y, efectivamente, al día siguiente el Ministerio del Interior tuvo que rectificar sus datos y aceptar los de Guerra.

El PSOE debe estar a la altura

El PSOE tiene ahora la oportunidad de contribuir a hacer del PP un partido de centro, heredero de Suárez y no de Fraga, y de posibilitar que España cuente con Presupuestos negociados que aminoren las desigualdades favorecidas por Rajoy

Nicolás Aznárez

Se fue Felipe González de la Secretaría General del PSOE y comenzó el baile de legitimación de sus sucesores. Desde Joaquín Almunia, pasando por José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba y, ahora, Pedro Sánchez, el PSOE no ha parado de cambiar reglamentos y procedimientos de elección de cargos orgánicos e institucionales, hasta el punto de que resulta difícil adaptarse y asimilar cada uno de esos cambios. Salvo los secretarios de organización de las federaciones regionales y provinciales, no creo que exista militante que pueda saber cómo va a participar en esos intrincados caminos por los que se anda y desanda la tan cacareada participación de afiliados y simpatizantes.

Quien no lo ve, está ciego

Apelo al talento y generosidad de los tres candidatos para que se retiren y aúnen sus fuerzas
Susana Díaz, Patxi López y Pedro Sánchez.

Quienes tuvimos la suerte de haber compartido tarea política con Ramón Rubial, histórico militante socialista y presidente que fue del PSOE hasta su muerte en 1999, heredamos una cultura partidaria que marcó nuestro hacer político y nuestra militancia socialista.

Patriotas de partido

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (c), durante la rueda de prensa que ha ofrecido en el Congreso de los Diputados tras su reunión con el Rey. (Sergio Barrenechea - EFE)
Decía Ramón Rubial: «Hay que ser patriota de este partido si contribuye a resolver los problemas de España. De no ser así, ¿de qué sirve ser patriota»?

Si quien fue nuestro querido, respetado y admirado presidente estuviera vivo, respondería él mismo a su pregunta: «Para no dejarse humillar por quienes no aspiran a ganar al PSOE en una noble competición, sino que pretenden apartarlo del camino que tanto esfuerzo, sacrificio, sangre y vidas costaron.

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