Censura y depresión

José Antonio Monago, ante la prensa, el jueves, para valorar la moción de censura. (Efe)
Una cosa es lo que se cree y otra la realidad. Seguramente el presidente Monago no podía ni imaginar que la legislatura que se inició en 2011 en Extremadura le iba a resultar tan fácil y tan cómoda. Ninguno de los dos grandes partidos, PSOE y PP, obtuvieron mayoría absoluta en las elecciones autonómicas de ese año. Ganó el PP pero se quedó a un escaño de obtener esa mayoría que le hubiera permitido haber gobernado en solitario. PSOE e IU tenía más escaños que el PP pero, finalmente, no se impuso la lógica aritmética aunque sí la lógica de las mayorías: gobernó el partido más votado, sin mayoría absoluta.