Reforma Constitucional

¿Investiduras?

Pedro Sánchez, en el Senado

Mucho se especula sobre si son muchos o pocos los que se sienten desacoplados en un PSOE que para ellos ha supuesto la entrega de buena parte de sus vidas. Seguramente, como es mi caso, algunos habrá que añoren el PSOE de antes de la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero y de Pedro Sánchez. Ambos son la consecuencia de una decisión adoptada en el Congreso Federal celebrado en Sevilla que alteró significativamente la forma de elección de los dirigentes orgánicos e institucionales en el centenario partido socialista.

40 años de Constitución

40 años de ConstituciónHabía accedido a la condición de diputado sin la preparación ni la convicción necesaria para abordar el desafío que los españoles nos habíamos propuesto acometer a la muerte del dictador Franco. Mi militancia en el PSOE no era para obtener un cargo, sino para contribuir a derrotar a la dictadura. Mi tercer puesto en la lista del PSOE al Congreso de los Diputados por la provincia de Badajoz no dejaba de ser más que un nombre para rellenar los huecos que quedaban libres para completar los siete que se necesitaban. Según Alfonso Guerra, el PSOE en Badajoz solo obtendría un diputado. Nunca supe si se equivocó o me engañó; el caso es que me vi legitimado para participar en la elaboración de una Constitución sin la que no habría democracia en España.
Desde el primer momento en que puse el pie en el hemiciclo supe que los que estábamos allí, estábamos para hacer algo transcendente. Ver bajar por las escalerillas del hemiciclo a Dolores Ibárruri, cogida del brazo del poeta Rafael Alberti, para ocupar la mesa de edad, junto con quienes habían servido al franquismo me trasladó a un escenario inimaginable un año antes, pero que se abría para que los diputados representáramos la mejor obra democrática que jamás se puso en escena en España: la Constitución de 1978

Poli bueno, poli malo

Poli bueno, poli malo
Raquel Marín

Algo me he perdido en el tiempo en que fui responsable de una comunidad autónoma o durante el periodo en el que dejé esa responsabilidad, porque no recuerdo que los ciudadanos pidieran, ni antes ni ahora, una reforma de la Constitución para hacerla federalizante ni para nada. Microsoft, empresa estadounidense, no reconoce la palabra federalizante. EE UU es un país claramente federal y, tal vez, esa sea la razón del desconocimiento, porque se es federal o se es centralista, pero no se conoce ningún Estado federalizante, de igual manera que o se está embarazada o no, pero no se conocen casos de mujeres embarazantes.

Centrar al PP

Centrar al PPLa evolución histórica de los partidos políticos de ámbito estatal en España dificulta enormemente lo que en otros países de la Europa occidental es algo normal. Me refiero al acuerdo, al consenso e incluso a las grandes coaliciones entre partidos de procedencia liberal-conservadora y socialdemócrata. En España, la representación del movimiento socialdemócrata lo representa el PSOE, nacido hace 137 años para representar y defender los intereses de una de las clases que en el siglo XIX conformaban la sociología de nuestro país, la clase obrera y trabajadora. Durante casi un siglo y medio, el partido socialista ha recorrido caminos que, en función de las circunstancias, lo hacían parecer más o menos revolucionario, más o menos obrerista, más o menos socialista. En la actualidad el PSOE se erige como el mayor y más genuino representante del centro izquierda español. A su izquierda se situaban los comunistas que evitaban la radicalización socialista so pena de ser absorbidos por ellos.

¿Son los jóvenes los que no creen en la Constitución, o es la Constitución la que no cree en ellos?

«Tras todas las críticas, desprecios, insultos, acusaciones y decepciones, he de decir que no me ha merecido la pena presentar los Premios Goya». El presentador Dani Rovira ha estallado en su perfil de Twitter tras las críticas recibidas. La excelente periodista Milagros Pérez Oliva escribe en El País del lunes 11 de febrero que «lo relevante de ese tuit es que no expresa sólo un estado de ánimo personal, individual, sino la existencia de un clima de exasperación, de hipercriticismo subjetivo y estéril, que en ocasiones se vuelve asfixiante».

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