sucesión PSOE

Santa Bárbara, el PP y el Ibex35

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, se entrevistó este viernes con Alexis Tsipras en Atenas. (Gtres)

El pasado miércoles, 4 de febrero, el CIS publicó el último sondeo de opinión pública. Sobre la proyección del voto en el supuesto de que ahora se celebraran elecciones generales, ya se sabe el resultado: 1º, PP; 2º, Podemos; 3º, PSOE. En intención directa de voto: 1º, Podemos; 2º, PP; 3º, PSOE. Son múltiples las valoraciones que se han hecho por las distintas fuerzas políticas y, al igual que ocurre el día de las votaciones, todos han tendido a arrimar el ascua a su sardinay a procurar que el ciudadano perciba algún detalle que, por tan rebuscado, le pasó desapercibido.

Dos escenarios, cinco preguntas

Como estaba previsto y cantado, el Congreso Federal del PSOE eligió secretario general a Pedro Sánchez y a la Comisión Ejecutiva que le acompañará en esta travesía. El nuevo secretario general había comprometido su interés en elaborar una dirección federal corta y que pudiera visualizarse como el gobierno socialista en la sombra. Si para gobernar España son suficientes catorce o quince ministerios, no parece descabellado afirmar que para gobernar un partido bastaría con un número de secretarías equivalente. Pero no ha sido así. El número de miembros de la Comisión Ejecutiva Federal ha vuelto a dispararse hasta alcanzar la cifra de treinta y nueve. La primera pregunta que se me ocurre formular ante este escenario es: ¿Cuáles fueron las razones que impidieron cumplir la palabra y el deseo de Pedro Sánchez a la hora de proponer una dirección corta y solvente?

Hacerse el pesado

Pedro Sánchez en Sevilla (EFE)
Ganó Pedro Sánchez. La Secretaría General del PSOE pasará en el próximo Congreso Federal de la mano de Alfredo Pérez Rubalcaba a quien han dicho los militantes del partido socialista que, en votación individual y secreta, designaron a Pedro Sánchez como el candidato preferido para liderar al PSOE. A las diez de la noche del pasado domingo los medios de comunicación comunicaban el resultado de la votación y el electo realizaba una comparecencia en la sede de la calle Ferraz, acompañado del secretario general saliente y de los dos candidatos derrotados.

Dicen que dicen…

Susana Díaz (Efe)
Decía la leyenda urbana que los poderes económicos, financieros, empresariales, monárquicos y hasta el lucero del alba apostaban por Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, para hacerse cargo de la Secretaría General del PSOE en el Congreso Extraordinario convocado para el próximo mes de julio. A los únicos que se les oyó hablar de ese deseo fue a nueve secretarios regionales de otras tantas federaciones del PSOE que, por inspiración divina, salieron una tarde cualquiera de hace un par de semanas,  para, por orden, pedir a Susana Díaz que se presentara a las primarias. De los demás que “dicen que decían” no se sabe ni media palabra. La presidenta andaluza ha demostrado, con su negativa a aceptar el regalo, más sensatez, más inteligencia, más visión de futuro y más sentido de partido que todos aquellos que la vieron como la mejor tabla para que algunos, que no el PSOE, pudieran salvarse del naufragio en el que andaban metidos desde que se conocieron los resultados por regiones de las elecciones europeas del 25 de mayo pasado.

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