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Las claves de ‘La Clave’

Si en las tertulias de hoy se falta al respeto al discrepante, se chilla para ahogar argumentos, se hace oídos sordos al conductor del programa, puede ser porque eso es lo que se busca

El periodista José Luis Balbín, en una imagen de archivo – Europa Press

Supongamos que sea cierto. Supongamos que damos por buena la defensa de su conducta que hace Mónica Oltra, vicepresidenta del gobierno de la Murió José Luis Balbín. Se fue uno de los grandes del periodismo español. Frente a quienes sostienen que los políticos de antes eran de mayor categoría que los de ahora, añado que los periodistas de antes, también. Y los rectores de Universidad. Y los catedráticos. Y los filósofos. Y los sindicalistas. Y los cantantes. Tal vez haya sido en la ciencia y en sus respectivas ramas donde la calidad de sus actores principales supere a los de épocas anteriores. En el resto, por donde quiera que se mire, se aprecia la bajada de nivel de los principales actores de la sociedad española. Y el recuerdo de Balbín ha venido a ponerlo de manifiesto una vez más.

Tertulianos y redes sociales

Tertulianos y redes sociales / rosell
Tertulianos y redes sociales / rosell

Los gobiernos quisieron siempre asustar al personal convirtiendo los informativos de las cadenas estatales y de las cadenas de televisión afines en lo que antiguamente hacía un periódico llamado El Caso. Era un semanario fundado en 1952, y que se especializó en noticias sobre sucesos. Tenía una tirada aproximadamente de 100.000 ejemplares, llegando en ocasiones a batir su propia marca con 500.000 números. Vivió hasta 1997. Ahora, los telediarios tienen una parte de información política, algo de información internacional y reparten el resto de su tiempo con muchos sucesos y la información meteorológica. La idea no es otra que convertir en temerosos a los electores para que cuando llegue la hora de votar depositen su papeleta de voto en aquella opción que mejor aparenta garantizar su seguridad.

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