Transición española

Aliados

Santiago Abascal / EFE

Un aliado es cualquier persona que apoya, fortalece o da la cara por otra persona o  grupo de personas. Esa persona que apoya o fortalece a otros puede ser voluntariamente elegida o accidentalmente comprometida.

Abascal, el líder de Vox, se constituyó en el mejor aliado, voluntario o involuntario, del candidato socialista la presidencia del gobierno.

La bronca que me echó Nicolás Redondo

Ni Nicolás me guardó rencor ni yo he dejado de militar en el sindicato socialista aunque hace ya unos años que la militancia en el mismo no es obligatoria

Nicolás Redondo Urbieta, biografía de una vida dedicada a la UGT Europa Press

Año 1976. El PSOE celebró su 27 Congreso en el Hotel Meliá de Madrid. Todavía no era un partido legalizado. Nadie se hubiera atrevido a enviar a la policía a interrumpir una cita a la que asistieron Willy Brant, Olof Palme, François Mitterrand y otros cuantos líderes de la socialdemocracia mundial.

La única forma de ser patriotas

La historia dirá que hubo una generación, en el primer tercio del siglo XXI, que no supo o no quiso hacer cosas en común por falta de políticos intrépidos, incapaces de arriesgar

Reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE – EUROPA PRESS

Hoy, 6 de diciembre, se cumplen cuarenta y cuatro años de la aprobación en referéndum de la Constitución española de 1978. La Transición española y la Constitución resultante no fue solo el deseo de los españoles por articular una democracia que permitiera vivir juntos a quienes deseaban solucionar pacífica y civilizadamente los conflictos que se generan en una sociedad libre. Fue algo más. Fue la constatación de que una sociedad de excluyentes y excluidos se supo aglutinar alrededor de un propósito de convivencia, y todo ello como consecuencia de que los excluidos no albergaron en sus corazones ni un gramo de odio ni transmitieron ese sentimiento, que todo lo destroza, a sus descendientes.

La única forma de ser patriotas

No quieren mirarse en otros espejos que no los elogien, los mimen y los aplaudan. Y, por esa razón, tratan de romperlos

Foto de archivo de Juan Carlos I y Adolfo Suárez. Europa Press
Foto de archivo de Juan Carlos I y Adolfo Suárez. Europa Press

La guerra civil de 1936 la ganó Franco. De eso no cabe la menor duda. Para aquellos que dudan, les recuerdo los 40 años de dictadura franquista. La victoria franquista duró hasta que el dictador murió en la cama de un hospital rodeado de médicos y familiares. No le sucedió en el poder quien tenía todos los números para seguir actuando como Jefe del Estado dictatorial franquista. La banda terrorista ETA acabó con la vida del almirante Carrero Blanco en un atentado en diciembre de 1973. Por lo tanto, tratar de cambiar la historia para que ganen la guerra los nietos de los que la perdieron o de matar al que falleció hace 46 años  es un infantilismo que no conduce más que al engaño o a la frustración.

Yo estaba allí

Sigo vivo gracias al Rey. Nací en una dictadura y moriré en una democracia. Esa será la herencia que dejemos la generación que hicimos la Transición

El rey Juan Carlos I, durante su discurso a la nación ante el golpe de Estado del 23-F
El rey Juan Carlos I, durante su discurso a la nación ante el golpe de Estado del 23-F

Hoy hace 40 años que se inició un secuestro que duró 18 horas. El entonces teniente coronel Tejero y un grupo de guardias civiles asaltaron el Congreso de los Diputados y tomaron como rehenes al Gobierno de España y a los 350 representantes de la soberanía nacional. Yo estaba allí en mi condición de diputado socialista por la provincia de Badajoz. Se iba a votar ese día, en segunda vuelta, la elección del presidente del Gobierno español. La noche anterior no fue mi mejor noche. Una gastroenteritis me mantuvo despierto con continuos paseos de la cama al cuarto de baño y de este a la cama. Sonó el despertador y decidí que no tenía cuerpo para conducir mi coche durante 400 kilómetros por carreteras de las que nos dejó el régimen franquista que Tejero quería recuperar. Mi voto no resultaba decisivo. Vería por la tele la sesión plenaria, que se prometía corta ya que las cartas estaban echadas y Leopoldo Calvo Sotelo resultaría elegido presidente con más votos a favor que en contra.

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