¡Si me queréis, irse!
“¡Si me queréis, irse!”, gritó Lola Flores el 25 de agosto de hace 30 años desde el altar de la iglesia de la Encarnación de Marbella cuando se sintió acorralada por el gentío. El temperamento y el malestar por el acoso le hizo decir: “Maldigo la hora en que elegí este pueblo para celebrar la boda de mi hija Lolita”. Invitó a tanta gente al casamiento que la ahogaron por el calor y por los besos.
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