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Solo si se deja

La democracia y la libertad forman parte del acervo común de la democracia liberal y de la socialdemocracia desde finales de la segunda guerra mundial. Las élites económicas de ese momento dejaron de jugar a partidos autoritarios y fascistas como ocurrió en el periodo de entre guerras, asustados como estaban por el auge del comunismo tras la Revolución rusa. Sería lamentable que, de nuevo, esas élites volvieran a apostar por opciones autócratas y enemigas de la democracia occidental.

¿Ciencias o letras?

El porcentaje de titulados universitarios españoles que actualmente ejercen la profesión para la que estudiaron es bajísimo y enorme el número de cursos y másteres que deben realizar esos mismos universitarios, una vez finalizadas sus carreras, para conocer y adecuarse al sector del mercado al que pretenden acceder.

Respuesta a un catedrático

Respuesta a un catedrático / Rosell

Daniel Arias-Aranda, profesor de la Universidad de Granada, escribió recientemente una carta a un genérico alumno universitario de Grado, con el siguiente encabezamiento: «Te estamos engañando».

La carta que se hizo viral insiste en una frase que se repite todos los años en el mundo universitario: «los alumnos ahora llegan a la Universidad peor preparados que nunca». Desde que existe el mundo universitario siempre se ha oído esa frase. Pero creo que sería bueno no discutir el aserto sino preguntarse ¿peor preparados, para qué?

Algo sobre educación

Algo sobre educación / Rosell

Nadie viviría en un bloque de pisos cuyas estructuras se apoyaran en una cimentación al 50, al 60 o al 70%. El constructor que dejara a la mitad la cimentación de un edificio, seguro que no volvería a trabajar más en ese sector. Idéntica suerte deberían correr quienes solo son capaces de cimentar al 50 o al 60% el conocimiento de los alumnos que inician sus estudios obligatorios en los centros públicos, privados y concertados. Un alumno calificado con un cinco demuestra que solo conoce el 50% de la materia que debería conocer al 100%. Al pasar al curso siguiente, los cimientos de ese alumno comienzan a debilitarse. Le costará más trabajo edificar ese curso sobre una cimentación hecha al 50%. Es cierto que no todos los alumnos tienen las mismas capacidades intelectuales, ni los mismos medios materiales, ni las mismas condiciones familiares y de habitabilidad. Por eso es necesario que los centro educativos se doten de profesores especialistas que, junto al aula correspondiente, cuenten con una pequeña dependencia a la que deban asistir aquellos alumnos que perdieron el ritmo de sus compañeros y que con una atención personalizada podrán reincorporase al grupo para cimentar sus conocimientos al cien por cien.

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