«No se van a subir los impuestos en España, no va a haber subida, estamos en la fase de reestructuración de nuestra carga tributaria», indicó Montoro antes de advertir, sin embargo, de que la recaudación rondó el 35% del PIB en 2011, una situación de «anormalidad» que, según el ministro, advierten todos los organismos internacionales. (12/04/2013).
Parece ser que el ministro Montoro y el Gobierno han descubierto Eurostat, la Oficina Estadística de la Unión Europea. Esa oficina lleva varios años publicando los ingresos y gastos públicos de los países miembros de la Unión Europea. La recaudación del Estado español rondó el 35% del PIB nacional, mientras que la media de ingresos públicos de la UE fue del 44%. Estamos a 9 puntos de diferencia de esa media. Por debajo de nosotros sólo están países tan relevantes como Letonia, Bulgaria, Eslovaquia, Rumania y Lituania. Como cada punto del PIB español equivale a 10.000 millones de euros, si la recaudación en España se equiparara a la media europea, recaudaríamos 90.000 millones de euros más.
El gasto público también se refleja en esa información. La media del gasto público en los países de la UE se sitúa en el 49% del PIB, mientras que España gasta el 44% de su riqueza, 5 puntos porcentuales menos que la media de la UE.
Ante esa información, fácilmente consultable en Internet, nadie puede acusar a España de gastar por encima de sus posibilidades. Sí se nos puede acusar de ingresar menos que el resto. Nuestro problema no reside en los gastos, sino en los ingresos.
El problema de España no reside en el gasto, sino en el ingreso. No tenemos dinero para mantener el sistema, por lo que el gobierno debe consensuar no gastar de más, ni ingresar de menos
Y si eso es así, y hasta el propio Montoro lo reconoce, el Gobierno no sólo nos está mintiendo en relación con lo que prometió y con lo que hace, sino que también nos engañó en el diagnóstico. El PP llegó al Gobierno ganando las elecciones con la falsedad de que en España el gasto público estaba disparado por culpa de la política del gobierno socialista. Se han aprovechado de esa mentira para recortar derechos y para tratar de imponer su modelo social liberal. Pero las declaraciones de Montoro ponen en evidencia que la mentira ya no da más de sí, porque haciendo la política que se hace ahora en España, la situación, lejos de mejorar, cada día es más caótica. Y se asustan viendo lo que está ocurriendo en Portugal. Y ese susto y ese fracaso son los que hacen caer en la cuenta de que el problema de España no reside en el gasto, sino en el ingreso. O son unos ignorantes o son unos mentirosos; tanto dar lecciones de economía barata; tanto abogado del Estado; tanto listo… ¿Y ahora, qué? ¿Van a pedir disculpas por haber estado haciendo una política errónea? ¿Van a rectificar? Los recortes del último año y medio han significado la pérdida de 850.000 empleos y más recesión.
Lo que está claro es que estamos ante un problema de Estado: no tenemos dinero para mantener el sistema. Ese problema de Estado obliga al Gobierno a consensuar dos objetivos: 1.- No gastar más de lo que tenemos. 2.- No ingresar menos de lo que podemos. La troika famosa nos dice constantemente lo que tenemos que gastar y donde debemos recortar. ¿Por qué no exigimos a esa troika que nos diga dónde podemos recaudar más sin aumentar la presión fiscal sobre los que ya pagamos, por cierto, más que la media europea?
Seguro que, a este paso, este gobierno caerá en las próximas elecciones, pero los españoles no podemos ni debemos esperar tres años, porque con el gobierno caerá el Estado de Bienestar. Sería necesario que gobierno y oposición consensuaran la reforma del sistema tributario español, nombrando en el parlamento un grupo de expertos que, fijándose en lo que ocurre en la media europea, elabore una propuesta tributaria moderna, justa y suficiente.
El que hay ahora es antiguo (data de 1978, cuando ni había Constitución, ni Comunidades Autónomas, ni estábamos en la UE, ni había globalización, ni habían aparecido las nuevas tecnologías); es injusto (el IRPF significa el 50% de la recaudación total; el 90% procede de las rentas del trabajo y el 10% de las rentas de capital). En el Impuesto de Sociedades, el tipo medio resultante para pymes y microempresas es más alto que el de las grandes empresas. El Impuesto de Patrimonio y el de Sucesiones y Donaciones o se cedieron o desaparecieron, según las regiones. No existe armonización fiscal europea del IVA. Y es insuficiente, como lo demuestra Eurostat. Ha llegado la hora de que paguen otros, los que no pagan lo que pueden; el resto de los españoles ya lo hemos hecho con un gran esfuerzo.
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