Dimisiones

Quienes desde la responsabilidad política hayan tenido la ocasión de tener que hacer frente a situaciones saben que estando en el sitio que corresponde a esa responsabilidad, son pocos los conocimientos técnicos que acompañan la toma de decisiones. Siempre les quedará el mal sabor de boca y la duda que acompaña a esa toma de decisiones.

No digo nada si cuando aparece la tragedia no se está en el sitio pertinente. Es el caso de Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Autónoma Valenciana. Hace un año, Mazón no estaba en su sitio cuando el agua comenzó a matar a valencianos y a destruir todo lo que encontraba en su demoledor paso. El drama que acompaña a Mazón es que los valencianos, salvo él, no saben doce meses después donde demonios estaba su presidente en ese momento.

El silencio de los primeros días de la tragedia levantó toda suerte de comentarios. Cada cual imaginó lo que pensó. Unos imaginaron una cosa y otros imaginaron otra. De lo que no me queda la menor duda, por la responsabilidad que ocupé en Extremadura, es que Mazón, estuviera donde estuviera, fue informado de lo que estaba ocurriendo a lo largo del mediodía y de la tarde del 29 de octubre de 2024. No solo recibiría información desde el centro de operaciones. Su gabinete, con toda seguridad, le llamó para comunicarle lo que estaba ocurriendo en los pueblos de la Horta Sud. Sus propios escoltas, estuvieran cerca de él o no, le irían a buscar para acompañarle a donde se supone que debería estar.

Solo hay una razón que le impidiera estar lúcido y disponible para ponerse el frente de la tragedia. Que en el almuerzo que supuestamente mantuvo en el Ventorro se le fuera la mano en la bebida y hubiera perdido la capacidad de acudir a ninguna parte.

Esta mía es una especulación. He habido otras más hirientes y más machistas. En cualquier caso, Mazón no estuvo y su obligación es dimitir de la presidencia del gobierno valenciano.

Si acaso, por las razones que se suponen relacionadas con el aforamiento o con la poca importancia que su partido le dé a su ausencia, el Partido Popular tiene en sus manos la posibilidad cierta de desbancarlo. No sabemos si el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo le habrá exigido la dimisión. Si lo ha hecho sin obtener ningún resultado, está en sus manos conseguir que el grupo parlamentario popular de las Cortes Valencianas presente una moción de censura contra Mazón, con candidato alternativo del propio grupo popular. Si no lo hace o no lo consigue, entonces, el que debería plantearse su dimisión sería el propio Feijóo.

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