Habla el presidente

Intervención del Presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados:

Con la venia de la Presidenta. Señoras y Señores diputados. Yo no tengo la culpa de que en las elecciones generales de 2023 los españoles votaran de la forma en que lo hicieron. De todos es sabido que los españoles no eligen al presidente del Gobierno. Estamos en un sistema no presidencialista. Cada español que vota lo hace para que con su decisión esta Cámara junte a 350 Diputados que son los que, en representación de la soberanía nacional, eligen al Presidente por mayoría de sus votos.

Vista del hemiciclo del Congreso desde el atril.
Mariscal / EFE

Hace ya unos años que los ciudadanos renunciaron a conformar un Congreso de los Diputados en el que un partido obtuviera la mayoría absoluta. Ya no es así. No digo que antes las cosas fueran mejor. Digo que ahora se exige que quien quiera gobernar España debe conformar una mayoría a base de la suma de los votos de diputados de diferentes procedencias políticas e ideológicas.

Las ventajas de las mayorías absolutas radicaba en el hecho de que el votante tenía la seguridad de que el programa que se le ofreció en la campaña electoral y en el discurso de investidura iba a ser cumplido. Esa mayoría absoluta impedía que el voto en contra de la oposición obstaculizara el desarrollo completo de ese programa. Y si no siempre se podía cumplir lo prometido, el Gobierno de veía obligado a explicar a los ciudadanos las razones de ese cambio o incumplimiento. El caso más paradigmático fue el cambio de opinión del Gobierno socialista con el asunto de la presencia de España en la OTAN. Se explicó y se sometió a referéndum.

Por el contrario, la situación de gobiernos minoritarios, obligados a pactar permanentemente con otros grupos parlamentarios, perjudica el seguimiento del programa del partido o partidos gobernantes. Al no tener mayoría, el gobierno puede aducir siempre que el incumplimiento de su programa es la consecuencia del veto que impone la oposición. Y este ha sido el caso del decreto ómnibus.

Al ser rechazado por la mayoría de la Cámara no tuve más remedio que pactar con otros grupos para salvar algunas medidas que considero fundamentales para el bienestar de los ciudadanos.

No buscaré jamás el acuerdo con Vox. Ese grupo no desea contribuir al bienestar de los ciudadanos sino a la destrucción de la democracia. Los extremos son nocivos para la democracia aunque hayan sido votados por una parte del electorado. Sí, ya sé que algunos de ustedes están mirando para Bildu, que es otro partido del extremo. Con ellos tampoco pacto. Nos apoyan porque son como la lapa. Antes algunos de sus antecesores ponían bombas lapa en los coches y ahora ellos le han cogido tanto gusto a esto de ser parlamentarios que no se separan de nosotros ni para ir al baño. Han descubierto que cambiar las bombas por los votos les resulta más rentable. Nada más tienen ustedes que mirarlos y darse cuenta del cambio que han dado en su modo de estar y hasta en su modo de vestir. No podemos despegarnos de ellos. Así que no se confundan. Los consideramos tan dañinos como a otros extremistas, pero a estos no somos capaces de quitárnoslos de encima.

He tenido que acudir al pactar con el prófugo de Waterloo. Fíjense: antes pactamos los Presupuestos Generales con un condenado por la Justicia. Recuerden que el entonces Vicepresidente, Pablo Iglesias, tuvo que viajar hasta la cárcel donde cumplía condena Oriol Junqueras. Ahora no hemos pactado con ERC. Esos también se nos han pegado y no hace falta ni hablar con ellos para saber qué votan. Ahora hemos tenido que ceder ante Puigdemont, el cobarde huido de la Justicia.

Yo no tengo la culpa de tener que acudir a semejantes figuras para que España no se detenga. Les mentiría si les dijera que he ganado la partida. He tenido que retirar parte de mis propuestas para conseguir del más el menos. Yo esperaba que el PP me ofreciera el voto de siete de sus diputados o que se abstuviera en la votación para no tener que pasar por los tragos que estoy pasando. Si así fuera, yo no tendría que humillarme ante los enemigos de España y el PP pasaría a ser una alternativa creíble para el futuro.

Mientras tanto, no tengo más remedio que seguir con las lapas y con los hostiles compañeros de viaje. No es lo que yo quiero pero es lo que no tengo más remedio que hacer. España no debe estar en campaña electoral permanente.

Este sí sería un discurso creíble y hasta comprensible. Así los ciudadanos sabríamos que nadie aspira a tomarnos por idiotas.

2 comentarios en “Habla el presidente”

  1. Felipe Ayuso Rodríguez

    Cierto Presidente Pedro Sánchez. Tu carta a la militancia te honra mucho más para aclarar que gobernar un país como España, no es nada fácil. Dada la complejidad del reparto partidista nacional y de CCAA.Gobernar con mayoría es lo más sencillo que hay. Estoy convencido que es mejor ceder algo que romper un todo. Sigue adelante con los proyectos que iniciaste, ello marcará un antes y un después en el cambio de gobernanza y de país. Estamos orgulloso de tu gran hacer y valor. Felicidades !!

  2. Carlos Balbás Arenaza

    Ante el espectáculo bochornoso de chantaje al gobierno de la Nación que el prófugo golpista representante de la derechona más recalcitrante catalana y de los herederos del racista Sabino Arana , hoy con exquisita moderación para alcanzar sus trueques de apoyo parlamentario a cambio de prebendas, y descartado cualquier negociación con la extrema derecha de Vox , solo quedan dos caminos para salir de este laberinto diabólico en el que nos encontramos . Un primer camino es seguir el ejemplo del SPD alemán cuyo 66% de su militancia votó en favor para alcanzar la gobernabilidad del País de establecer LA GRAN COALICIÓN con la derecha de Ángela Merkel . No somos capaces en España de hacer lo mismo que se hizo en Alemania ? , solo una gran coalición a la Alemana daría una estabilidad en España mientras persista el actual sistema electoral . De resultar imposible está vía , solo quedaría la disolución de las Cámaras y convocatoria por Su Majestad el Rey de elecciones generales . Todo menos seguir este juego diabólico , esto no es gobernar , es estar al socaire del chantaje y a merced de un mercadillo nauseabundo

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