Según se dijo en su constitución, el Ente Público RTVE debe servir como vehículo esencial de información y participación política de los ciudadanos, de formación de la
opinión pública, de cooperación con el sistema educativo, de difusión de la cultura española y de sus nacionalidades y regiones, así como medio capital para contribuir a que la libertad y la igualdad sean reales y efectivas, con especial atención a la protección de los marginados y a la no discriminación de la mujer.

“Todos nos adaptamos a lo que nuestros jefes nos dicen” o “hay una línea editorial como cualquier medio” han declarado algunos de los protagonistas del nuevo espacio de la 1 de TVE, La familia de la tele. Se olvidan que RTVE es un servicio público pagado por los impuestos de los españoles y que, en consecuencia, la única línea editorial es la de ofrecer ese servicio público a todos los ciudadanos.
Debe ser que los nuevos dirigentes del ente público consideran que la telebasura que antes emitía Telecinco es un servicio público y como tal debe ser sufragado con dinero público.
También la sanidad es un servicio público que se paga con dinero público. Lo único que el usuario del sistema sanitario no espera es encontrarse en la consulta con un curandero en lugar de un médico o con un carnicero en lugar de con un cirujano. Ni lo espera ni lo permitiría.
Exactamente eso es con lo que te encuentras cuando conectas la 1 de TVE. Pura telebasura. Esperas programas para la formación de la opinión pública, de cooperación con el sistema educativo, de difusión de la cultura española y de sus nacionalidades y regiones, así como medio capital para contribuir a que la libertad y la igualdad sean reales y efectivas y te das de bruces con formatos similares a los de la televisión de Berlusconi. Vergüenza para los directivos de ese ente y vergüenza ajena para tanto excelente profesional que sabe, quiere y puede hacer otro tipo de televisión.
Si se compara el programa La Clave del recordado Balbín con La familia de la tele, “ejemplo de cultura popular”, según RTVE, se podrá responder a esa pregunta que se repite con frecuencia en los últimos tiempos de “por qué los jóvenes votan extrema derecha”. Con programas como los de la familia, el censo de extrema derecha aumentará en las próximas elecciones.
Un servicio público no gasta el dinero de los contribuyentes en Sálvame. La familia de la tele no es un programa para que lo emita una televisión pública. Las televisiones privadas gastan su dinero en producir o comprar cualquier programa que consideren que les puede dar audiencia. La pública, con el dinero de todos, no tiene que hacerlo. Su función es bien distinta. Su obligación no debe estar en competir en horterismo con cadenas privadas. Pagamos para que un servicio público haga realidad esa condición. Y la calidad, el buen gusto y la cultura sean las señas de identidad de ese ente público.
Nadie nos obliga a ver ese tipo de programas. Hay otras cadenas. La diferencia es que los ciudadanos no podemos exigir a una empresa privada que emita programas para nuestra formación cultural y política, pero sí podemos realizar esa exigencia a quienes utilizan nuestros impuestos para superar a tal o cual cadena de televisión a base de chabacanería.
Si RTVE intenta “modernizarse” para así contactar con un espectador más joven y diverso o si lo que se pretende es ganar audiencia con telebasura para que arrastren audiencia y que los espacios políticos puedan impartir la doctrina oficial al mayor número posible de ciudadanos, el gobierno no debería sentirse orgulloso de esa audiencia recuperada a base de la mediocridad más rancia y barata.
Corren malos tiempos para los servicios de comunicación que se sufragan con fondos públicos. Baste ver la carrera de velocidad de la RtTVE de correr a superar a personajes como Pablo Motos u otras perlas que han empezado a navegar por las televisiones públicas. Reflexionemos sobre si enfangarnos nos permitirá limpiar la basura. Lo dudo y estoy seguro que el modelo es el de Silvia Intxaurrondo. Gracias compañero.
Perfecto Juan Carlos, es evidente que la telebasura va a ocupar un espacio público con el dinero PÚBLICO porque así lo ha determinado Pedro Sánchez, porque ¿quién manda en España?….
Como ha emos llegado a esto Presidente?