Son raras las ocasiones en las que Extremadura se pone de moda a nivel nacional. El tren ha copado noticias, informaciones y cachondeo como si en esta tierra la gente viajara andando o en burro. No tenemos AVE. Tampoco lo tienen La Rioja, El País Vasco, Cantabria, Navarra, Soria, Teruel, Almería, Jaén, Salamanca o Huelva.

Mirando el mapa de la alta velocidad, da la sensación de que España trata de huir de Portugal. Como un arco convexo, las líneas de AVE se alejan de la nación hermana. La poca población es la excusa que se pone para semejante alejamiento. Y Extremadura es débil en población. Buena parte de ella se ausentó sin que todavía nadie se haya responsabilizado de semejante saqueo de personas, que fueron necesarias para desarrollar la industria y las infraestructuras en zonas más temidas por los gobiernos nacionales desde la Restauración hasta nuestros días.
De nuevo, estos días pasados Extremadura ha vuelto a ocupar los telediarios y los medios de comunicación nacionales y locales. Creo que no había acudido tanta prensa a Badajoz desde que la majestuosa Monserrat Caballé (q.e.p.d) cayó en un foso en el anfiteatro romano de Mérida o desde la desgraciada y mortal riada pacense.
Los motivos del despliegue mediático son bien conocidos. ¿Cómo, cuándo, por qué y por quién fue contratado por la Diputación de Badajoz el hermano del presidente del Gobierno de España?
Se sabe desde hace siete años que el hermano de Pedro Sánchez trabaja en la Diputación pacense. Ni la oposición política, ni los sindicatos ni la prensa dieron la menor importancia a ese contrato. Las circunstancias por las que fue contratado tienen nada que ver con el escándalo que se ha montado y se pretende seguir montando. No parece que David Sánchez fuera el único que supo de la convocatoria de la plaza que hoy ocupa. Una decena más de aspirantes tuvieron conocimiento de esa convocatoria. Sánchez podría haberse enterado por internet, por el boletín de la Diputación, por un vecino o por el quiosquero de su barrio. ¿Qué más da? No hay un solo aspirante a cualquier plaza o puesto de trabajo en las Administraciones públicas al que se le pregunte por la manera en que tuvo noticias de tal o cual prueba u oposición. ¿Por qué ese señor tiene la obligación de dar ese dato o de saberlo?
Una gran indignación se apoderó de mí cuando la prensa publicó que David Sánchez, músico de profesión, mantenía un depósito bancario con algo más de 1,4 millones de euros. Era falsa la noticia y un error de interpretación. Se confundieron las acciones con el capital. Se disiparon las sospechas. Y se acabó el morbo. No había caso.
Sánchez no es el único ciudadano español que trabaja en España y vive en Portugal. Los medios de comunicación podrían ilustrarnos a los ciudadanos haciendo un trabajo de investigación para saber cuántos españoles conviven con esa dualidad. En eso consiste la diferencia entre el periodismo profesional y el periodismo ciudadano, en la investigación para ofrecer a sus lectores el máximo posible de datos que permita al ciudadano hacerse una idea de lo que refleja la noticia. Se tarda más, pero se diferencia de la inmediatez y de la superficialidad de las redes sociales.
Instrucciones judiciales de mucha más enjundia que la que se sigue contra David Sánchez se producen día sí y día también en la mayoría de las Audiencias provinciales de España sin que el escándalo mediático acompañe a los testigos o investigados o sin que nadie sospeche que en esas Audiencias ocurren hechos insólitos que exijan la presencia masiva de la multimedia española. Nadie se ceba con Valencia o con el País Vasco cuando se investiga el llamado “caso Koldo”.
Se argumenta que los directores de los dos conservatorios dependientes de la Diputación pacense consideraban más necesaria otras plazas de pianista que la de un coordinador. Si la ministra de Defensa le preguntara a los mandos del ejército del Aire y del Espacio sobre las prioridades en la Defensa Nacional, seguro que dirían que necesitan reactores F-35 de última generación. Si la pregunta fuera a los mandos de la Marina, dirían que necesitan un nuevo portaaviones. Si es la ministra de Sanidad a la que preguntan, dependiendo de la especialidad así será su respuesta. Para superar esas singularidades están los gobiernos, para decidir lo mejor para los objetivos que se proponen obtener. Así que no aporta nada a la contratación de un trabajador el hecho de que cada especialidad considere prioritarias sus necesidades. En el caso del que hablo, es el Presidente de la Diputación y su equipo de gobierno los que deciden qué, cómo, cuándo y dónde.
No pretendo eliminar cualquier responsabilidad de David Sánchez en los hechos denunciados e investigados. La Justicia fallará cuando llegue el momento. Sí pretendo ejercer mi derecho a rebatir el escándalo que tanto perjudica la imagen de nuestra región extremeña, cansados como estamos de acarrear la imagen de pobreza y de atraso con la que siguen amañándose los ignorantes que evalúan nuestra realidad en el manual que aprendieron en el siglo pasado y que por pereza o por rutina o por desconocimiento no actualizan.
Para los no avisados les recuerdo, cuando quieran caer simpáticos en sus declaraciones o discursos, que sepan que el tren Madrid-Badajoz, cuando entra en Extremadura alcanza velocidades que superan los 200km/hora. Es por Castilla-La Mancha y por Madrid por donde ese tren reduce escandalosamente su velocidad. A la conexión con Madrid solo le falta la electrificación de la vía por Castilla-La Mancha y Madrid. El enlace Badajoz, Mérida, Cáceres y Plasencia ya es el mismo que existe entre las ciudades de las comunidades supuestamente más ricas de España. El problema ya no es el tren en Extremadura sino en Madrid y en Castilla-La Mancha, cuyo presidente autonómico, García-Page, debería ser más generoso con el trazado en su región de ese tren que une Badajoz con Madrid. Page gobierna una región por la que pasan cuatro líneas de alta velocidad. Algo de generosidad, comprensión y solidaridad por su parte es exigible para la línea del oeste español.
Acertado coherente y sobretodo valiente
Muy acertado Presidente
Muy claro y certero.
Pero seguirán estirando el chicle hasta el infinito y dañar lo que puedan.
Muy bien. Estoy de acuerdo.
Gracias, presidente. Al señor García Page parece que le van a dar pronto el carné del PP