Posibilidades «no razonables»

¿Cómo será la sociedad en el año 2040, que es la fecha en la que saldrán de las aulas escolares, universitarias o profesionales los alumnos que comenzaron sus estudios de infantil o de bachillerato en el curso 2023-2024?

Si, como parece, los servicios relacionados con las empresas y con las personas adquieren cada vez más importancia, hasta el punto de que más de las tres cuartas partes de la población activa se dedicarán a la prestación de servicios, no parece descabellado que se piense en cuántos de esos trabajos relacionados con los servicios podrán realizarse desde el domicilio particular de cada empleado o emprendedor.

Si como se prevé, cada día serán más los trabajos que no requerirán la presencia del trabajador en la oficina, ¿no parece un retroceso el seguir planteando el sistema de relaciones laborales como si la sociedad industrial y la agraria fueran a seguir con el protagonismo que tuvieron a lo largo de los dos siglos pasados?

Trabajar en un sitio y vivir en otro no deja de ser una anomalía en la historia de la humanidad, porque siempre el trabajador, agrícola o artesanal vivía donde tenía su trabajo o viceversa; fue la revolución industrial la que alteró la norma, obligando a trabajar en un sitio, la fábrica, y vivir en otro, la gran ciudad. Fue esa revolución la que demandó el trabajo en cadena, lo que conllevó las vacaciones para todos en las mismas fechas, el horario igual para todos y la interdependencia en la forma de producir.

Y si ese modelo se está agotando, ¿se está pensando en un sistema de relaciones laborales que contemple un sistema de trabajo donde el trabajo en cadena está en retirada? ¿Serán necesarios convenios colectivos o convenios para cada trabajador individualmente considerados? ¿En qué horarios de trabajo habrá que pensar? ¿Parecería extraño imaginar que cada trabajador realizará el trabajo encomendado en función de su propio horario y teniendo en cuenta la productividad exigida?

Si más de la mitad de la población podrá trabajar desde su casa, ¿cómo serán las ciudades del futuro? ¿Se está pensando en su nuevo diseño o se sigue creyendo que millones de personas seguirán entrando a primera hora y saliendo a última hora del día gastando ingentes cantidad de combustible y de tiempo?

Según un informe de la Unión Europea, un tercio de los empleos que se ofrecieron en los últimos cinco años, no existían con anterioridad a esa fecha y es previsible que el cincuenta por ciento de los que se ofrezcan en el próximo quinquenio no existan en la actualidad. Si esos empleos van a estar relacionados con los servicios y las tecnologías de la información y el conocimiento, ¿seguirán siendo necesario los polígonos industriales en las afueras de las ciudades o habrá que acercar esas fuentes de empleo al interior de las mismas? Y si esas nuevas formas de trabajo exigen inteligencia y pocos desplazamientos, ¿qué tipo de infraestructuras serán necesarias para esa nueva forma de producción? ¿Más autovías y autopistas y trenes de alta velocidad, o redes tecnológicas capaces de llegar a todas partes con la velocidad necesaria y la capacidad exigible para ese tipo de trabajos?

La democracia parece estar entrando en crisis en las sociedades occidentales como consecuencia de que las generaciones digitales entienden esa forma de organización política de manera diferente a como se ha venido abarcando hasta ahora, donde la relación piramidal entre los electos y los electores ha dejado de ser válida para una generación que la entiende como una relación en red entre iguales; un joven digital no comprende que pueda hablar con sus ídolos a través de las redes sociales y que no pueda hacerlo con el diputado de su provincia o con el gobierno de su pueblo, región o país. ¿Para cuándo un cambio radical en la práctica democrática?

Si la sociedad de 2040 no se va a parecer casi en nada a la actual, ¿está pensando el sistema educativo en cambiar sus métodos y su forma de organizar la transmisión de información y la adquisición de conocimientos? Cada generación tiene derecho a que se les eduque con la tecnología que exista en cada momento. Internet es la gran tecnología que existe actualmente y que nuestros jóvenes dominan y entienden, pero que se ven obligados a abandonar cuando se adentran en las aulas escolares españolas; quienes se informan, hacen amistades, intercambian experiencias y conocimientos, se enamoran, se pelean, se comunican, estudian, trabajan en la red no pueden entender que el sistema educativo les prive de esa herramienta que les acompaña durante toda la jornada no escolar y que les ayuda a descubrir nuevas posibilidades en su futuro.

Tendremos limitaciones como consecuencia de las amputaciones que esta crisis está provocando, pero nuevas posibilidades “no razonables” si pensamos en ellas.

2 comentarios en “Posibilidades «no razonables»”

  1. Carlos Balbás Arenaza

    Recuerdo que éste apasionante tema que analizas , me lo planteaste hace 14 años , en una conversación apasionante en la que una vez más te adelantabas al tiempo con tu visión de la vida . La verdad es que produce vértigo pensar en el devenir del ser humano , en el ejercicio de sus derechos como ciudadanos , en su formación cultural . Recordará y tendrá presente la generación venidera esa frase inmortal de Pepe Mujica ? «cuando usted compra algo, no lo compra con plata , lo compra con el tiempo de su vida que tuvo que gastar para comprar esa plata»

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