Quienes se escandalizan por la situación actual de Extremadura es porque continúan sumidos en la ignorancia de lo que ha sido el pasado de esta tierra. Desconocen de dónde venimos y desde cuando arrastrábamos una situación de abandono, emigración y desesperanza. Cuando se dice que somos la última región de España, además de mentir, nunca se preguntan cuándo fuimos los primeros o los quintos o los decimo terceros… Cuando se critica nuestra posición nunca añaden su fórmula para indicar qué teníamos que haber hecho las dos generaciones que hemos protagonizado esta etapa autonómica para haber salido del sitio que heredamos, y qué deberían de haber dejado hacer el resto de las regiones que nos llevaban decenas de años de ventaja para que hubiéramos podido adelantarlos.
Cuando se habla de la “España vaciada”, ¿desde cuándo se piensa que se produjo el vaciamiento? Antes de la autonomía, más de seiscientos mil extremeños tuvieron que salir de aquí, muchos de ellos sin estudios, sin formación profesional o universitaria, para poder comer. Solo quienes insisten en ver la botella medio vacía tratan de hacernos caer en la trampa de la desesperanza comparando Extremadura con Madrid o con País Vasco o con Cataluña o con Valencia o con… Resulta más honrado comparar la Extremadura de hoy con la de ayer, para sentir que hemos avanzado en estos cuarenta años de autonomía más y mejor que en cualquier época anterior de nuestra historia contemporánea.
Seguro que habrá quienes piensen que se podía haber hecho más en esta tierra gobernada en su mayor parte de tiempo por una opción socialdemócrata. Cuando se mandó a la emigración a cientos de miles extremeños, desangrando a la tierra con la profunda hemorragia de la mejor sangre extremeña, se escuchó el silencio de los que podían y debían haber hablado estando aquí o fuera de aquí.
Otros defenderán otras opiniones que yo respetaré, pero de lo que creo que no cabrá la menor duda es de que los extremeños hemos adquirido una mayor conciencia de pertenencia a un espacio de futuro, y que hemos ido forjando una imagen de región diferente de la que se proyectó sobre nosotros cuando o éramos invisibles para el centralismo o se nos retrataba desenfocados por el cine o por la literatura.
Pues resulta que esa imagen que tanto costó positivar, de nuevo vuelve a verse en negativo como consecuencia de los múltiples, variados e inexplicables incidentes que los trenes que circulan por nuestra región han sufrido y siguen sufriendo en nuestro territorio. Si antes eran Los Santos Inocentes el santo y seña que identificaba a Extremadura dentro y fuera de nuestra demarcación, ahora es el tren con el que ADIF ha querido y ha conseguido retratar feamente nuestra autonomía.
Lo que está pasando yo lo califico de sabotaje. ¿De qué otra manera puede denominarse el hecho de que los viajeros hayan quedado apeados en los parajes más insólitos y desapacibles para, arrastrando maletas y enseres, llegar a algún lugar en el que pudieran ser atendidos por el autobús de turno que RENFE tenía preparado para lo que ellos sabían que volvería a ocurrir como consecuencia de la desidia – y yo diría que conspiración- de los dirigentes de los ferrocarriles españoles?
Ante este estado lamentable de cosas, está muy bien que los ciudadanos enarbolen pancartas, griten contra la infamia e, incluso, algunos aumenten la imagen de la Extremadura de la primera mitad del siglo XX exhibiendo personajes de Delibes que fueron creados pensando en su Castilla y que Mario Camus llevó al cine en tierras extremeñas.
Ya no queda tiempo para la queja, el lamento o el reproche. La Junta de Extremadura dispone de una herramienta legislativa que, en forma de Decreto-Ley, le permite, por razones de urgencia, articular una norma que no tiene que contener más que una introducción y un artículo único que diga que se crean sanciones administrativas a ADIF, de hasta 10 millones de euros, cada vez que un tren con destino o salida de Extremadura se detenga por averías no achacables a fenómenos meteorológicos o de fuerza mayor. Si alguien piensa que 10 millones de euros es una sanción excesiva, que piense también que las paradas humillantes que se han venido produciendo –y se producen– en los últimos años, y que no solo han perjudicado a los usuarios que tuvieron que salir del tren para buscar un autobús, están echando por tierra la imagen que con tanto esfuerzo, ilusión y trabajo habíamos construido. ¿Cuánto creen los escépticos o los directivos de ADIF que vale esa imagen que esa compañía está humillando, mancillando y deformando?
Cuando hace unas semanas se paró el tren en Madrid y en Barcelona, la respuesta fue el cese del presidente de ADIF. Aquí a los más que se llegó es al cambio de destino de un jefe de servicio.
Nadie ablanda el corazón de un ministro llorando las penas. La dureza en la exigencia de justicia es la única arma que tiene Extremadura para hacerse oír.
Sr. Rodríguez Ibarra.
Hasta cuando va ha seguir permitiendo la Junta de Extremadura que se siga diciendo que Granadilla es un pueblo abandonado. Eso también afecta negativamente a la imagen de Extremadura.
Nunca ni Vd. ni ninguno de sus sucesores como Presidentes de la Junta de Extremadura han mostrado el más mínimo interés en recibir a Eugenio Jiménez, que EPD, presidente de la asociación “Hijos de Granadilla” para interesarse por lo sucedido con la gente de Granadilla como puede ver en el minuto 3:10, del reportaje grabado por la BBC de Londres, en el que hace referencia a los “políticos de la democracia”
https://www.youtube.com/watch?v=k9R3SNo_7ow
Soy nacido en Granadilla y salí de Extremadura con 11 años, mis raíces están en Granadilla y la forma en que fuimos tratados es un trauma que cada uno ha tenido que sobrellevar a lo largo de su vida como ha podido.
Hoy Granadilla y su término municipal reúnen unas condiciones inmejorables para crear miles de puestos de trabajo de calidad gracias al potencial turístico de la zona.
Claro que por estar declarado zona inundable y ser pueblo abandonado, no está permitido ningún tipo de construcción. Mi reflexión sobre el tema me lleva a sugerirle una propuesta:
Que la Junta de Extremadura encargue un informe técnico sobre la situación de Granadilla y sobre los motivos de la expropiación, si se declaró zona inundable evidenciar que no ha sucedido y es evidente que nunca sucederá.
Aprobar dicho informe en un pleno de la Junta de Extremadura y trasladar dicho acuerdo al Gobierno de España, puede suceder que procedan a la reversión o que no lo hagan y haya que iniciar demandas donde proceda.
Dado que la reversión individual es manifiestamente impracticable, todos los nativos o sus herederos, que lo deseen, pueden aportar sus derechos a una “Fundación” que se haría cargo de todo el Patrimonio de Granadilla y atendería las demandas de todos los nativos de acuerdo a los estatutos que se establezcan.
Me he dirigido, durante los últimos cuatro años, en numerosas ocasiones a la Junta de Extremadura y todas mis propuestas se las pasan por “el arco del triunfo” si tienen otros planes sería bueno conocerlos por si podemos aportar algo.
En la distancia he seguido con interés su trayectoria y sólo me queda agradecerle lo mucho que ha hecho y puede seguir haciendo por Extremadura.
Reciba un cordial abrazo
Adelaido Pacho Alcalá