El dicho de “No corras que es peor” no se puede aplicar a Puigdemont. El que fue Presidente de Cataluña declaró la independencia y la desconexión de Cataluña de la Constitución y del Estatuto de Autonomía de ese territorio, se metió en el maletero de un coche y corrió que se las pelaba camino de Bruselas. Dejó a los pies de los caballos a quien entonces era su Vicepresidente, Oriol Junqueras, y demás separatistas que le acompañaron antes de que se diera el piro. Cobardía se llama la fuga de un fanfarrón venido a menos, que dejó compuestos y sin novios a quienes le aplaudieron y, posteriormente, le alquilaron una villa en Waterloo para que viviera como un Rey quien aspiraba a ser presidente de una República.
Años después, el inquilino de la villa belga se descuelga con una declaración en la que afirma que ni él ni los independentistas cometieron delito alguno. En definitiva, que se les aplique una amnistía para que así, puedan dedicar todas sus energías y recursos a su causa independentista.
Por ahí andan juristas y propagandistas del gobierno español buscando resquicios para encajar la supuesta amnistía en el marco legal de la democracia española. Antes de saber si sí o si tal vez, será necesario que se responda a dos preguntas: ¿Se lo merece o no se lo merece?
Si se lo merece, que se explique. Necesitamos saber las razones que animan a los defensores de la amnistía a defenderla. Si nos lo explican, tal vez podamos entenderlo. Y si no se lo merece, que se explique por qué a alguien que no se merece una amnistía, se le va a amnistiar.
Qué poderosas razones existen para amnistiar a quién violó la Constitución en el mes de octubre de 2017, cuando declaró la independencia de la República catalana, cargándose por unos minutos el artículo 2 del texto constitucional que dice que España es un Estado único e indivisible. Da la sensación de que la Constitución es solo un papel que no es propiedad de nadie. Si se la viola, se está violando la soberanía nacional y el voto de los millones de españoles que la hicimos nuestra.
Si se lo merece, que se explique. Necesitamos saber las razones que animan a los defensores de la amnistía a defenderla. Si nos lo explican, tal vez podamos entenderlo. Y si no se lo merece, que se explique por qué a alguien que no se merece una amnistía, se le va a amnistiar.
Quienes piensan que esa medida de gracia atemperará los ánimos separatistas es porque no conocen la historia. Lo que se quiere hacer ahora ya lo hizo el gobierno de la República en 1936. Amnistió a los que declararon la independencia y volvieron a traicionar ante la debilidad de un gobierno republicano acosado por los golpistas.
Me dicen siempre que al separatismo no se le puede combatir solo con la ley, porque a un sentimiento, a una emoción no se la puede judicializar. Ya sabemos que en ese sentimiento separatista hay un fuerte componente emocional. Lo que no existe es el derecho a decidir por encima del derecho de los demás. Puigdemont y compañía se equivocan cuando piden desjudicializar y no aplicar la ley a la emoción. Debería aliviarles el hecho de que una sociedad democrática no responda a sentimientos con sentimientos, porque los choques emocionales tienen muy mal resultado. En una democracia la ley debe ser aplicada cuando alguien intenta violarla. Que demos gracias todos por aplicarse la ley y que actúe la fiscalía y no las emociones.
Puigdemont exige que se reconozca que el 1-O no fue delito. Si se reconociera por el PSOE, ¿cómo explicaría su votación en el Senado a favor de la aplicación del 155 de la Constitución? Si no fue delito, ¿qué hacía allí la policía y la guardia civil enviadas por el gobierno? Si no fue delito, ¿qué impulsó al Jefe del Estado a pronunciar un discurso en defensa de la Constitución si nadie la estaba violando?
Completamente de acuerdo Juan Carlos. Claro y bien razonado, distintivos que no abundan en el debate y la opinión política
La decisión la tienen tomada, y con ello están laminando el futuro del PSOE. Espero que esta decisión no mine también la convivencia entre los españoles 😰