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¡Ay, qué risa, María Luisa!

Pablo Iglesias (EFE)Carlos IV fue uno de los reyes más nefastos que tuvo España. Su padre, el rey Carlos III, llegó a decirle en cierta ocasión: «Pero qué tonto eres, hijo mío». Casado que fue con una prima suya, María Luisa de Parma, dejó que fuera su mujer la que se ocupara de la gobernación de España.

El error de confundir las preposiciones

Los líderes regionales del PSOE con Pedro Sánchez (EFE)En la lengua castellana, la preposición es una palabra que relaciona los elementos de una oración. Las preposiciones pueden indicar origen, procedencia, destino, dirección, lugar, medio, punto de partida, motivo, etc. En consecuencia, no tienen el mismo significado las expresiones que vayan acompañadas de una u otra preposición, aunque a veces confundamos el empleo de una u otra cuando queremos decir algo. Es corriente escuchar en determinadas regiones de España la expresión «Contra más aprieto, menos abarco», utilizando la preposición contra, en lugar de cuanto. Lo mismo se puede decir de la preposición desde, que se utiliza en lugar de con cuando se dice: «Esto lo sé desde mi experiencia». En «Tomo estas gotas para la fiebre» se utiliza la preposición para cuando el uso correcto sería contra.

Cumplir lo prometido o cambiar de caballo

Pedro Sánchez y César Luena
«¿Pero los socialistas se abstendrían o tendremos que ir a unas terceras elecciones?». Esta es la pregunta que, con cierto enfado, realizaba el director-presentador del programa La Noche en 24 horas a un senador del PSOE el pasado 28 de junio. No vi el mismo enojo cuando PP y Podemos votaron en contra de la propuesta de investidura que realizaron PSOE y Ciudadanos, tras las elecciones del pasado 20 de diciembre; la abstención de cualquiera de los dos hubiera evitado la celebración de unas segundas elecciones. Parece ser que para el presentador de La Noche era tolerable que se celebraran dos elecciones seguidas, pero le resulta infumable la celebración de una tercera. Y por ese falaz razonamiento, el PSOE debería estar obligado a facilitar el Gobierno del PP.

Nunca, Anguita, nunca

Iglesias y Anguita
Cualquiera diría que el interés máximo de las empresas demoscópicas que realizan sondeos electorales y de opinión en España fue el de poder contratar con un emporio de tanto prestigio mundial como Microsoft. De todos es sabido que la empresa que fundó Bill Gates sólo contrata con personas o compañías que hayan tenido un mínimo de dos fracasos a lo largo de su vida profesional. Si a más errores, mayores posibilidades de entrar en la órbita de la compañía norteamericana, las demoscópicas españolas tienen un futuro asegurado en California, porque llevan varias elecciones errando en sus previsiones sin que los directivos de las mismas pidan disculpas a los españoles por semejante fraude, y sin que los dueños de esas empresas exijan responsabilidades y dimisiones a cuantos se encargaron, desde su soberbia intelectual, de tratar de conducir el voto de los electores por el camino que ellos deseaban en función del interés de quienes pagaban la realización de los sondeos. Pues de ninguna otra manera puede explicarse semejante fiasco. O no sirven para el oficio que eligieron o se han convertido en los manigeros que camuflaban la realidad en función de los intereses de sus clientes.

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