En ningún caso puede afirmarse en serio que España haya sido o sea un Estado multi o plurinacional; otra cosa es que algunos lo pretendan
Me siento ciudadano español porque una Constitución, la española, me devolvió, y nos devolvió a todos, los derechos de ciudadanía que nos habían sido arrebatados violentamente. Y en base a esa Constitución que me da derechos de ciudadanía quiero decir lo que pienso sobre la cuestión nacional que tanto me ocupa y preocupa como español y demócrata.
¿Está negando el ministro que la soberanía nacional reside en el pueblo español como se especifica en el artículo 1,2 de la Constitución?
“Prometo por mi conciencia y honor, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de ministro de Universidades, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución”. Estas palabras fueron pronunciadas el pasado 20 de diciembre por el señor Joan Subirats. No ha transcurrido ni un mes y la promesa del ministro de Universidades ha pasado a mejor vida. De lo dicho ante el Rey, el presidente del Gobierno y la ministra de Justicia como Notaria Mayor del Reino, ni rastro. El pasado 14 de enero, el que prometió “guardar y hacer guardar la Constitución” se despachó con esta otra frase: “Alguna forma de consulta de un cambio en la estructura del Estado creo que se tendrá que realizar en un momento u otro porque una parte muy importante del problema que tenemos viene determinada porque hubo una reforma del Estatuto que se aprobó por el parlamento de Cataluña, fue al Congreso de los Diputados, se votó en referéndum por el pueblo de Cataluña y después pasó lo que pasó con la sentencia del Tribunal Constitucional».
Pasó la Navidad. Casi todo ha sido como casi siempre. Las variaciones y las excepciones se han debido a la pandemia que sigue activa y traicionera. Las luces alumbraron los barrios y las zonas de siempre. Los Reyes Magos llegaron con las mentiras de siempre. Tendrá que llegar el día en que la vida no se inicie aprendiendo a mentir. Ya sé que la cara de ilusión de los más pequeños explica el cuento de los magos de Oriente. La ilusión no debería alimentarse en la doble falsedad. Ni los Reyes Magos llegan desde ningún sitio ni es verdad eso de que «si eres bueno, te portas bien y eres obediente, los reyes te traerán todo lo que pidas».
Ya es hora de que se elabore una ley que garantice el “derecho a saber” y que termine con la cultura del secretismo
Estuve hace un mes en la Facultad de Periodismo de Badajoz para hablar de mi experiencia en relación con la prensa a alumnos de segundo curso. Uno de los asuntos que la profesora titular de la asignatura quería que tratara era el manido y decurrente sobre cómo ve un político a un periodista. Si mi comparecencia en la facultad hubiera sido posterior al escrito que los jefes de prensa de distintos grupos parlamentarios dirigieron a la Secretaría General del Congreso de los Diputados, ese escrito hubiera sido el aperitivo con el que hubiera iniciado mi disertación.