julio 2019

A mí también me produjo asco

Año 2031. De nuevo hemos celebrado elecciones generales. El recuento ha vuelto a configurar un Congreso de los Diputados multipartidista. Vuelven a sobresalir los clásicos de siempre: PSOE y PP. Ninguno de los dos con diputados suficientes para que sus respectivos líderes alcancen los 176 diputados que siguen siendo necesarios para resultar investidos para el cargo de presidente del Gobierno. Los sueños independentistas se han volatilizado y sus máximos dirigentes siguen penando por los delitos de rebelión en las cárceles catalanas. El espacio electoral de los secesionistas ha sido ocupado por partidos constitucionalistas y por los defensores de la Naturaleza y de las corridas de toros.

Mayoría absoluta: otra oportunidad

Escribo este artículo por encargo de Marisol Mateos, secretaria regional de Organización del PSOE de Extremadura. Me pide que escriba sobre los retos y desafíos que tiene que acometer el partido en esta nueva etapa que se abre después de las elecciones municipales, autonómicas y europeas del pasado mes de mayo.

La situación, aunque diferente de la etapa anterior, donde los socialistas gobernamos la región con un gobierno en Madrid del PP y con varios ayuntamientos de ciudades en manos de ese partido, no es nueva ni desconocida para los socialistas y para los extremeños. Desde 1983 hasta 2011, nuestro partido gozó de la confianza mayoritaria de los votantes y, si exceptuamos el periodo de 1995 a 1999, donde volvimos a ganar pero sin mayoría absoluta, ahora, después de la última legislatura, el PSOE vuelve a enfrentarse a la realidad regional con el apoyo mayoritario de los extremeños. Y ahora, además, contando otra vez con el gobierno de las dos diputaciones provinciales y con ayuntamientos que, como el de Cáceres, han pasado, de nuevo, a ser gobernado por los socialistas.

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