Caerse del guindo

Podía hacer lo que le diera la gana porque ni mediáticamente ni popularmente se le puso la raya que no se le hubiera consentido cruzar

El Rey emérito Juan Carlos a bordo del Bribón

Don Juan Carlos volvió a España y ha dado alimento a cuantos no arriesgan nada con opiniones que admiten cualquier tipo de variante. Se puede estar en contra o a favor. Se puede exteriorizar sensación de escándalo o de alivio por el regreso. Oyendo a algunos tertulianos uno no sabe a qué carta quedarse. Da la sensación de que los más enojados por el daño que el Rey anterior ha infligido a la Monarquía son aquellos que más la aborrecen. Y si tanto la denigran, parecería lógico que manifestaran alegría y elogiaran, en lugar de insultar, a quien tanto bien está haciendo por la causa republicana. Jamás se podría imaginar Felipe VI que le iban a salir tantos defensores de la Monarquía desde la orilla republicana. Si quieren República, que lo expresen claramente y dejen de dar la tabarra con el Rey anterior.