Ucrania

No todo el que vota populismo es populista

Los partidos democráticos de la derecha y de la izquierda identifican al votante influido por el miedo con el populista ideológico

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro

Ya se venía venir. Creíamos que la democracia occidental estaba consolidada. No íbamos a ser tan estúpidos como para dejarnos arrastrar por los Trump, los Salvini, los Le Pen y demás saboteadores de la libertad. Con lo que costó desterrar los discursos racistas, xenófobos, machistas, dictatoriales, sabíamos que quienes se asomaran a la arena electoral con esos pronunciamientos no llegarían ni a la esquina de cualquier colegio electoral. Eso ya no tenía sitio en sociedades hechas y derechas como las nuestras. Quienes se atrevieran a despreciar a las mujeres, a los homosexuales, a quienes tuvieran una piel de color diferente a la «blanca» o una religión distinta de la «verdadera» estarían cavando su tumba en el momento de nacer.

Cierre de grifos

Si el gobierno de España ha renunciado a reconocer la autodeterminación del Sáhara Occidental pueden perder una vez más sus esperanzas los catalanes independentistas

Varios menores extranjeros no acompañados juegan al fútbol en las naves del Tarajal (Ceuta). Europa Press
Varios menores extranjeros no acompañados juegan al fútbol en las naves del Tarajal (Ceuta). Europa Press

Todos los días saco mi perro, un Border collie, a dar una vuelta por la sierra de Alor, donde crece la rosa de Alejandría, un espectáculo inigualable cuando llega el mes de abril. A la sierra la circunvala una carretera por la que, de cuando en cuando, pasan automóviles camino de Táliga o de Olivenza. Mi perro oye a distancia el ruido del motor del coche que se aproxima y se prepara para perseguirlo cuando pasa a la altura de Santo Domingo. Calculo que recorre dos o tres kilómetros a toda velocidad. Por mucho que lo intenta jamás consigue su objetivo, entre otras razones, porque existe una alambrada que le impide acceder a la carretera. Cada vez que vuelve de su frustrada persecución va sacando más la lengua para poder exhalar todo el aire que, con la lengua fuera, llega directamente a sus pulmones. Creo que de ahí viene ese dicho de “ir con la lengua fuera”.

La niña que llora y el niño que mira

La niña ucraniana con su voz entrecortada por el sollozo. El niño negro con la mirada que parece interpelarnos por las razones de la injusticia

Niños en una escuela en Kidal (Malí). Europa Press
Niños en una escuela en Kidal (Malí). Europa Press

La mayoría de las cadenas de radio y televisión españolas conectan constantemente con Burundi, con Malí, con la República Democrática del Congo, con Sudán del Sur. Son raras las tardes en las que no encontramos presentadores y tertulianos en radio o televisión hablando de los casi medio millón de personas de Burundi a los que la violencia ha obligado a huir a otros países y a otras latitudes. No acaban con esa tragedia cuando se cuela un reportero que, desde Malí, cuenta como casi 200.000 personas han abandonado sus hogares por temor a la ola de atentados y de violencia contra la población civil.

El vidente Biden

Aquí hay algunos que no ven al Putin asesino que vio Biden. Ellos ven bien el sillón ministerial y por eso defienden su estatus antes que su conciencia

Joe Biden
Joe Biden

Creo que el actual presidente de EEUU ganó las elecciones presidenciales por dos razones. La primera, porque tenía en frente a un candidato en ejercicio de presidente que hizo todo lo que pudo para perderlas. Su éxito anterior se basó en combatir con mentiras a su opositora, la senadora Hillary Clinton que, además de mujer, partía con la desventaja de ser la mujer del otrora presidente Bill Clinton. En EEUU se pudo comprobar que se tienen más posibilidades por ser negro que por ser mujer. Barak Obama, que no era blanco, consiguió la presidencia y la revalidó con un segundo mandato. Tal vez su política posibilitó que millones de norteamericanos se sintieran huérfanos de representación si no pertenecían a cualquiera de las muchas minorías en las que Obama segregó su discurso y su política. Gracias al discurso hacia las minorías, un populista como Donald Trump consiguió arrastrar el voto del americano medio que se consideraba solo americano sin marcas que lo distinguiera de sus compatriotas.

¿Qué quieren hacer?

Todo son amenazas: superpoblación, el cambio climático, el desempleo, el terrorismo, la barbarie, la inmigración, la tecnología disruptiva, el coronavirus, Ucrania, Rusia

Un soldado del ejército ucraniano camina por una trinchera
Un soldado del ejército ucraniano camina por una trinchera

Las generaciones de la primera mitad del siglo XX hicieron dos guerras mundiales. En el periodo que fue de la primera a la segunda guerra mundial, las clases dominantes y las élites conservadoras de Europa, sobre todo de los países más importantes, tal vez asustadas por la radicalización que empezó a ver en la clase obrera, se alinearon con las nuevas fuerzas políticas ultraconservadoras, xenófobas, racistas y nacionalistas. Las instituciones liberales de gobierno entraron en barrena y la democracia se debilitó con el triunfo de dos totalitarismos: el comunismo y el fascismo.

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